Amada en su calma, y admirada en su tempestad, la naturaleza es un medio que a todos nos seduce y son muchas las maneras con las que podemos vincularnos a ella a través de la decoración de nuestra propia casa. Puede que seas de quienes disfrutan de un espíritu romántico. De los que al llegar a su hogar buscan zambullirse en la frondosidad de un mar de estampados florales, bajo un manto de olor a lavanda y junto a muebles cargados de filigranas y florituras. O por el contrario, posees una sensibilidad más moderna y lo que pretendas sea poder descansar rodeado de la practicidad y pureza de los últimos diseños minimalistas. ¿Y si vivo en la ciudad? No por ello la naturaleza, o al menos su espíritu, tiene por qué desaparecer de tus estancias. Así que ya seas de alma bucólica y romántica o un moderno urbanita, te presentamos esta serie de 5 consejos con los que podrás crear en tu casa el perfecto refugio rural, con un toque muy “chic”.
Una masía rehabilitada en el Ampurdán (Girona) por Arquitectura-G.
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Superficies desnudas e imperfectas
Las paredes suponen gran parte de la superficie de una habitación, por esa razón nunca debemos dejarlas de lado, y nos serán en este caso de gran ayuda para conseguir ese aspecto rústico que estamos buscando. ¿Cómo conseguirlo? La mejor opción —y también la más atrevida— es decidirse a dejar sus superficies totalmente desnudas y rugosas, potenciando la aparición de las texturas de piedras, ladrillos o incluso del hormigón, que quedarán como elementos decorativos de la propia habitación. Un recurso que igualmente podemos decidirnos a aplicar sobre techos o pilares, pero no necesariamente sobre el 100% de sus superficies, pudiendo jugar a combinar caras desnudas con otras perfectamente enlucidas en blanco o en algún tono tierra.
Alfombra de tejido natural, banco de madera y sillón de cuero en esta casa de Vincent Van Duysen.
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Texturas naturales
Ya lo estabas intuyendo, pero en este punto te lo vamos a dejar todavía más claro. Y es que sí, las texturas naturales van a ser nuestro principal apoyo para conseguir una buena decoración de estilo rústico. Y no hablamos solamente de elementos puramente constructivos, sino de apostar por mobiliario y piezas decorativas como alfombras de yute o de lana natural, capazos, lámparas de mimbre, sillones de cuero o vasijas de cerámica.
Cerrajerías exteriores y estructura de madera del rehabilitado en un castillo del Reino Unido.
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¡Más madera!
Capítulo aparte merece nuestra mención a la madera. Disponible en una infinidad de variedades y acabados, sus envidiables propiedades térmicas harán que su presencia en nuestro hogar resulte tan cálida y agradable en invierno, como amigable durante los meses de verano. Su punto más conflictivo lo encontramos en su durabilidad, pero al contrario de lo que se tiende a pensar, con una pequeña serie de cuidados terminará convirtiéndose en un elemento altamente resistente ante los posibles estragos causados por el paso del tiempo. Si te decides a utilizarla como pavimento, conseguirás estancias profundamente acogedoras en las que caminar con los pies descalzos será una envidiable experiencia. Y no tienes por qué limitarte a su papel como solado, al apostar por elementos en madera para cerrajerías exteriores, puertas, piezas de mobiliario, vigas vistas o incluso artesonados, lograrás darle a tu casas ese aire rústico que tanto deseas.
Muros de mampostería y mobiliario contemporáneo en la Casa Olivi, en Treia, Italia.
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Dale un punto ecléctico
No importa que seas de quienes se inclinan por vivir rodeado de ese delicado aire bucólico, o de los que apuestan por la comodidad y la limpieza de los diseños más minimalistas, tu truco será el de romper con los cánones de los estilos preestablecidos y saber dotar a tu hogar de una enriquecedora atmósfera ecléctica. ¿Tu casa es una nueva construcción de estilo moderno? No dejes de introducir piezas artesanales y restauradas, le aportarán mayor calidez. ¿Una vieja casona recién reformada? Resta solemnidad a sus muros de piedra con muebles de una extrema pureza de líneas.
Arriesgada combinación de materiales y colores de la Casa Salvatori, en Milán.
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Un toque extravagante
Suelos de terrazo formando un mosaico, artesonados de madera pintada de verde mar o paredes bañadas de un atrevido verde mostaza. Porque una cosa son esos materiales de piedra, ladrillo o madera que te aconsejamos para conseguir una extraordinaria atmósfera campestre, y otra muy distinta la intención —color incluido— con la que los utilices. ¿El límite? Solo en tu imaginación, y en el dar —claro está— con una buena combinación de tonalidades y texturas. Como último consejo recuerda que el equilibrio suele suponer una virtud, y si te decides por darle a una habitación un caprichoso toque personal, lo mejor es que procures contrarrestar ese impulso en sus demás elementos. Con eso conseguirás no solamente no sobrecarga el espacio, sino hacer brillar todavía más a esa serie de gestos tan singulares.