Probablemente nunca habremos sido más conscientes de la cantidad de residuos que generamos en nuestra vida diaria que durante estas semanas de confinamiento en casa. Al aumento del consumo de alimentos, artículos de limpieza y productos de higiene personal se ha unido el incremento de las ventas online de otros productos que en otras circunstancias hubiéramos adquirido en comercios físicos, que han llegado a nuestros hogares en embalajes de los que luego hay que deshacerse.
Y por si fuera poco, la pandemia de COVID-19 ha generado su propio catálogo de residuos a partir del arsenal de mascarillas, pantallas, guantes y geles con los que nos protegemos del contagio, productos en su mayoría de un solo uso. Saber qué hacer con ellos cuando ya no sirven se ha convertido en otro "pasatiempo" estos días.
Las mascarillas higiénicas de un solo uso deben depositarse en el contenedor gris de restos. Otra cosa es que adquieras mascarillas reutilizables, como esta de la firma Closca que incluye filtros lavables.
Por eso, coincidiendo con la celebración del Día Mundial del Reciclaje el 17 de mayo, es importante recalcar la importancia de una correcta separación de los residuos domésticos -incluyendo los recién llegados- para que su gestión ayude a reducir nuestra huella ambiental. Si tenías dudas de cómo hacerlo, has aterrizado en el lugar adecuado para resolverlas.
Los residuos del COVID-19
Comencemos con un objeto que se ha convertido en habitual en nuestra indumentaria, la mascarilla protectora. La inmensa mayoría de las que utilizamos, incluidas las que ha distribuido gratuitamente el gobierno, no son reutilizables y tienen una vida útil bastante corta -apenas unas pocas horas si se utilizan de forma continuada-. Hay que tirarlas al contenedor de restos -el de color gris-, nunca al de papel. Conviene además lavarse bien las manos después de hacerlo.
Los envases de plástico de geles hidroalcóholicos que utilizamos para desinfectarnos las manos podemos depositarlos en el contenedor amarillo.
Foto: Kelly Sikkema / Unsplash
En cuanto a los guantes, estos suelen fabricarse con látex o nitrilo, materiales plásticos, lo que puede inducir a creer que se pueden arrojar al contenedor amarillo destinado a los envases, latas y bricks. Pues no, hay que depositarlos también en el contenedor gris de restos, y asimismo lavarse las manos.
Lo que sí puede tirarse al contenedor amarillo son los envases de geles hidroalcohólicos con los que nos desinfectamos las manos como alternativa al jabón. Además, no es necesario lavarlos antes de reciclarlos aunque tengan restos de alcohol, recuerdan desde Ecoembes, la organización ambiental sin ánimo de lucro que coordina el reciclaje de envases en España.
No es lo mismo vidrio que cristal
A estas alturas, todavía hay muchos mitos y errores arraigados en relación con el reciclaje. Por ejemplo, no todos los envases y objetos de cristal pueden reciclarse en el contenedor verde. Eso es así porque en realidad no es lo mismo el vidrio que el cristal. El primer material presenta una estructura irregular, resultado de la fusión de distintas materias primas: sílice, sosa y caliza. El vidrio puede reciclarse infinitas veces sin que pierda sus propiedades.
Las lámparas LED -como estas de la marca Plumen- y de bajo consumo contienen sustancias y elementos que deben tratarse de modo especial, por lo que hay que llevarlas a un punto limpio.
En cambio, el cristal es un sólido perfecto que incorpora óxido de plomo, por lo que no puede reciclarse y tiene que llevarse a un punto limpio. Según Ecoembes, si el objeto de cristal está roto puede depositarse en el contenedor gris de restos.
Otros productos que llevan cristal y no pueden reciclarse en los contenedores habituales son las bombillas. Las lámparas LED que se han impuesto en los últimos años por su eficiencia no incluyen sustancias tóxicas, pero sí componentes electrónicos que deben reciclarse en instalaciones especialmente preparadas, por lo que hay que llevarlas a un punto limpio. Lo mismo ocurre con las lámparas fluorescentes compactas de bajo consumo, que contienen una mínima cantidad de mercurio.
El asistente del reciclaje
Como la casuística de residuos domésticos es muchísimo más amplia que el habitual esquema de papel, cartón, botellas de vidrio, latas de aluminio, envases de plástico y bricks que van a parar a los contenedores, Ecoembes ha creado una útil herramienta, el Asistente Inteligente de Reciclaje (A.I.R-e), disponible tanto en su web como en otras plataformas (Google Play, App Store, Amazon Alexa, Facebook Messenger, Twitter) con el que puedes consultar en tiempo real qué hacer con cualquier producto con el que tengas dudas.
A.I.R-e funciona a través del reconocimiento de voz y texto del usuario, pero la auténtica revolución de este chatbot viene de la mano de la imagen, ya que es capaz de reconocer, mediante fotografías, el tipo de residuo sobre el que el usuario tenga dudas.