De los residuos del aceite de palma se puede crear una silla así de cómoda y sostenible

Este asiento ideado por la diseñadora bosnia Nataša Perković no sólo es eco-friendly, sino que además demuestra que la fibra de palma puede tener muchos otros usos prácticos.

Tanto la silla como su cojín extraíble son reciclables.

Tanto la silla como su cojín extraíble son reciclables.

A estas alturas todo el mundo es consciente, o al menos debería serlo, de lo dañino que es el aceite de palma no sólo para nuestra salud, sino también para nuestro frágil planeta. Más allá de la desforestación que su cultivo intensivo está provocando en países como Indonesia y Malasia, lo cual también ha acelerado la desaparición de especies como por ejemplo el orangután, su producción no hace más que contribuir al dañino cambio climático. Esto último lo decimos porque, como consecuencia de la quema de los bosques para sustituirlos por cultivos de palma, está más que demostrado que los niveles de CO2 que se están liberando a la atmósfera son los causantes del aire contaminado con el que millones de personas tienen que convivir a diario en el continente asiático.

La diseñadora Nataša Perković ha creado esta silla mezclando micro polvo de fibra de palma con ácido poliláctico.

La diseñadora Nataša Perković ha creado esta silla mezclando micro polvo de fibra de palma con ácido poliláctico.

Eso sí, el diseño está aquí para demostrarnos que hasta a lo más negativo se le puede dar la vuelta. La diseñadora bosnia Nataša Perković, sin ir más lejos, ha conseguido reciclar los desechos de las fibras provenientes de las factorías de aceite de palma para crear una silla impresa en 3D y tres platos cien por cien sostenibles. Esta fibra residual del procesamiento industrial de la palma habitualmente se suele quemar para obtener energía o se deja en el suelo a modo de fertilizante, pero Perković y su equipo en el Laboratorio de Diseño de Kioto han sabido darle una nueva funcionalidad.

Para hacer posible la silla se utilizó una mezcla de micro polvo de fibra de palma con ácido poliláctico (PLA), lo que dio lugar a un bioplástico que fue la materia prima de este asiento imprimido con tecnología 3D. El cojín, por su parte, está hecho de una mezcla de fibra de palma aceitera y un elastómero termoplástico (TPE), el también conocido como caucho termoplástico. Y sí, tal como has podido comprobar en la primera imagen, este último es extraíble porque ambos elementos, la carcasa de la silla y el cojín, se pueden reciclar por separado una vez su vida útil ha llegado a su fin.

Estos tres platos son igual de sostenibles que la silla.

Estos tres platos son igual de sostenibles que la silla.

En cuanto a los platos, Perković y su equipo experimentaron con técnicas tradicionales de fabricación de papel y moldeo por compresión para crearlos. Primero remojando, hirviendo y batiendo para, a continuación, triturar de la forma más fina posible la fibra de palma, la cual en último lugar se mezcló con una pasta de arroz para darle esta consistencia cerámica.

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