Después de estar tanto tiempo en casa debido a la pandemia del Coronavirus, nos hemos dado tiempo que cada uno de nosotros producimos entre 1 y 2 kg de basura cada día, hasta llegar a sumar la friolera de 500 kg de media anual, o lo que es igual: cada mes y medio un ciudadano genera el equivalente a su propio peso en residuos. Para hacer que los números sean más sostenibles, reducir y reciclar son las claves.
El problema de los residuos no lo solucionará únicamente el reciclaje de nuestros desperdicios, sino que es indispensable una fabricación sensata, para evitar hasta el 80% de los residuos atribuibles a un producto, así como una cultura del consumo y uso de los objetos y un buen manejo de su fin de vida. Así, la reducción de los desperdicios en nuestro día a día vendrá de la mano de productos duraderos y fácilmente reparables que alarguen su vida útil. Diseños que eviten material innecesario, que no empleen consumibles para su uso y a granel para reducir el sobreenvasado.
Por ejemplo, para reducir unos 25 kg de plástico al año y ahorrarse 400 €, bastaría con cambiar el agua embotellada por jarras con filtros que tan solo supondrán 1,5 kg de residuos.