Coincidiendo con el día de la Tierra, el 22 de abril, este mes ha llegado al quiosco una edición diferente de Arquitectura y Diseño. Un número especial en sus contenidos pero también en los materiales con los que lo hemos elaborado: una portada de papel Offsett de 300 gramos mate, una paginación interior de 300 páginas con papel de 100 gramos y una encuadernación con lomo de tejido especial de color verde. Porque los productos editoriales elaborados con materiales de la máxima calidad son sostenibles. Difícilmente se convierten en basura. Y esa, modestamente, ha sido nuestra intención. Contar una información valiosa y envolverla con mucho cuidado para que te guste mucho y la guardes como un objeto querido.
Leer este número te va poner al día sobre las grandes respuestas que están en marcha para hacer frente a la crisis climática. Una paginación excepcional con el trabajo imprescindible de mentes sabias que llevan años construyendo un camino al que todos tenemos que sumarnos. Como el arquitecto Vicente Guallart, a quien el tiempo ha dado la razón tras años investigando sobre la construcción de edificios vivos y productivos que generan energía y alimentos y cuya labor docente e investigadora es un referente; el artista Dan Rosegaarde, cuya obra une inspiración y ciencia para combatir la contaminación ambiental o el científico y director de la escuela Elisava de Barcelona, Javier Peña, que nos explica cómo son los nuevos materiales que se están desarrollando en laboratorios para lograr el equilibrio auténtico con la naturaleza en todo lo que produzcamos. O el empeño de estudios de diseño sabios como los de Andreu Carulla, Front Design, Ilse Crawford o Inma Bermúdez que crean desde el compromiso riguroso con la sostenibilidad a través de la calidad, la artesanía o el reciclaje. O la labor de empresas como Andreu World, que ahora revalida su compromiso con la naturaleza lanzando una nueva trilogía de materiales sostenibles producidos por ellos mismos; de Slow Studio, una firma que solo construye casas pasivas, eficientes y sanas. Y arquitectos elegantes que tratan el pasado con respeto y cuyas obras se adaptan de forma orgánica a lugar como Manuel Cervantes, Montis Sastre, Jorge Biblioni o George Sinas. Son solo algunos de los grandes nombres que podrás encontrar en estas páginas.
Un número diferente con el que hemos querido insistir en la necesidad de actuar sin dejarse mecer sobre excusas; de hacerlo individualmente, porque cada persona puede convertir la rareza del activismo solitario, doméstico y personal, en una gran ola que lo mueva todo. Acabemos con la “basuraleza”, ese término tan bien acuñado y del que tristemente somos todos constructores. Apoyémonos en el consejo sabio de arquitectos y de diseñadores comprometidos, en empresas coherentes y en un guión nuevo para gestionar el funcionamiento de nuestra casa.
Es hora de ponerse en marcha. Esperamos que leer estas páginas te ayude a reflexionar y, sobre todo, a actuar.