Estos son los jóvenes diseñadores que salvarán el planeta
Una nueva generación de creadores se lanza a experimentar con los materiales más insólitos y las técnicas más sorprendentes para crear productos éticos y sostenibles.
La nueva hornada de diseñadores madurará, si nada lo remedia, en medio de la crisis climática y medioambiental que las generaciones anteriores habremos provocado, así que si los futuros creadores de nuestros objetos cotidianos no piensan ni comienzan a hacer las cosas de modo diferente ¿quién arreglará el desaguisado?
Más allá de su viabilidad económica, las estimulantes ideas que se presentan en estas páginas abren nuevas perspectivas, agitan conciencias y demuestran que los jóvenes creadores están dispuestos a dar un paso al frente en defensa del planeta. Ahora solo falta que gobiernos, industria y consumidores hagamos lo mismo.
Sus propuestas son un acercamiento inédito a los procesos industriales, el consumo y la gestión de los residuos. Como uno de los mayores contribuyentes a la contaminación del aire y el agua y la explotación humana y animal, el mundo textil y de la moda está en el punto de mira del nuevo talento creador. Su tormenta de ideas apunta en múltiples direcciones: al reciclaje y la sustitución de fibras artificiales y consumidoras de ingentes cantidades de agua por otras más ecológicas –algo que ya comienza a ser una realidad– ellos añaden la utilización de nuevos recursos naturales como las algas, las hierbas medicinales o las frutas para crear nuevos tejidos, modificar sus propiedades en beneficio de nuestra salud o colorearlos sin necesidad de sustancias tóxicas.
Miembros de una generación que ha crecido con la crisis económica, obligados a maximizar los medios a su alcance, han hecho de la necesidad virtud. En su diccionario mental no figura la palabra despilfarro; para ellos todo es aprovechable, reciclable y reutilizable en su afán por reducir nuestra huella de carbono: vasos de café usados transformados en pósters, cintas de cassette y botellas PET que renacen en ropa, colas adhesivas caducadas reconvertidas en muebles, quitina de las cáscaras de los crustáceos como alternativa a los plásticos de un solo uso, material impreso que se actualiza sin necesidad de reimprimirlo...
Y, por supuesto, las nuevas tecnologías son sus mejores aliadas: ¿Por qué no recurrir a la impresión 3D para regenerar los arrecifes de coral? Frente a la inercia de un pesimismo paralizante, la ilusión de estos jóvenes nos infunde esperanzas de que no todo está perdido.