Si de algo ha servido el Premio Nacional de Diseño, que ha ganado este mismo año, es para que Inma Bermúdez hable todavía con más convicción de lo que piensa. Nacida en Murcia, con una carrera desarrollada en Alemania, Francia y España y afincada en una zona rural de Valencia, Bermúdez es el perfecto ejemplo de cómo el diseño puede influir (para bien) en nuestro día a día. Con un portfolio en el que destaca haber trabajado en numerosas ocasiones para Ikea o haber diseñado una lámpara archiconocida como la FollowMe para Marset, esta diseñadora industrial ha hecho del compromiso con la sostenibilidad su bandera, pero sin dejar a un lado el punto necesario de amor por los objetos bellos. Hablamos con ella antes de su conferencia en el Audi Summit for Progress, un evento en el Palacio de Cibeles de Madrid donde comparte protagonismo con otras personalidades que marcan el actual presente y ayudan a atisbar cómo será nuestro futuro.
Tu conferencia se titula Ideas que están cambiando el mundo. ¿Qué vamos a poder escuchar en ella?
En realidad, todas las ponencias que hago las llevo a mi experiencia vital porque lo personal es lo que más define tu trabajo. Hago un recorrido por mi experiencia vital y como diseñadora: cuento cómo vivo, mis orígenes y cómo influye eso en mi manera de ser y mi manera de diseñar. Puede que hasta hable de mis perros y de mis hijos.
¿Y qué es lo que más ha influido en tu papel como diseñadora?
Yo creo que el hecho de tener el estudio en el campo y estar cerca de la naturaleza. Esto hace que seamos más conscientes de la necesidad de desarrollar productos en los que la sostenibilidad es parte importante. Creo que, en cierto modo, las personas que viven en la ciudad son más insensibles con esto porque lo notan menos. Pero cosas como tener nuestro propio huerto en el que cultivamos verduras hace que, sencillamente, no podamos mirar hacia otro sitio.
Esto es lo que, por lo tanto, ha marcado tu apuesta por el diseño sostenible.
Sí, desde luego. Con Ikea hemos trabajado desde 2006 y hemos aprendido mucho en cuanto a materias primas, algo que revierte en que los procesos de producción sean sostenibles y que podemos aplicar a partir de ahí con otras empresas. Aunque no todas las compañías sean tan sensibles, nosotros proponemos que desde el diseño sea un punto que siempre se trabaje.
Inma Bermúdez en el Audi Summit for Progress.
¿Es más sencillo abordar la sostenibilidad en una gran empresa? ¿O en una de menor tamaño?
No depende de si son grandes o pequeñas, sencillamente algunas están concienciadas y otras no. Las grandes corporaciones tienen la obligación de hacerlo y, a veces, una compañía pequeña puede dejarse llevar completamente. Así me ha ocurrido por ejemplo con la bodega Dominio de la Vega, junto a los que hemos creado una nueva identidad totalmente sostenible.
¿Y desde el punto de vista del consumidor? ¿Estamos lo suficientemente concienciados con el diseño sostenible?
Creo que el sistema de consumo salvaje no nos deja ver la realidad. Con el Premio Nacional de Diseño me gusta poner el foco en cosas como esas, en lo que es importante. Es necesario que las personas sepamos que cada acto de nuestra vida tiene una consecuencia. Abrir el grifo, comer una hamburguesa, coger un avión, comprar una camiseta... Todos sabemos lo que ha pasado este verano, se ha quemado España, y quien no quiere sentirse aludido es porque no quiere. Aunque, esto es más fácil si estás cerca de la naturaleza, claro. Necesitamos una labor de concienciación para que las personas sean conscientes de ello.
Por lo tanto, necesitamos pedagogía para darle al diseño el lugar que se merece en la sociedad.
Efectivamente, los diseñadores buscamos facilitar la vida de las personas. Pensamos en cosas como la psicología de los objetos, en cómo se va a relacionar con las personas o en su usabilidad para que el usuario no se frustre y, además, en que sea respetuoso con el medio ambiente. También es muy importante el tema de la estética porque crear cariño al producto es una forma de ser sostenible: no te vas a desprender de él, no lo vas a tirar a la basura. El apego es algo muy importante para crear esa relación.
Así que el secreto del éxito de un producto es una mezcla de todos esos aspectos y de ese apego.
Tiene mucho que ver. Por ejemplo, la lámpara FollowMe es un producto que, no sé por qué, la gente adora y, aunque lo lanzamos en 2014, cada dos por tres me llegan mensajes de gente hablándome de ella. Ayer mismo alguien me enseñaba fotos de sus hijos con la lámpara y me contaba que la disfrutan muchísimo. Me da mucha satisfacción que a la gente le guste contarlo, no me pasa con otros productos.
Inma Bermúdez con su lámpara FollowMe.
Foto: Marset
Pero tal éxito ha conllevado numerosas réplicas o inspiraciones.
Es inevitable. Lo importante es que fuimos los primeros en el mercado en lanzar una lámpara autónoma, inauguramos una nueva tipología y eso ha sido parte del éxito. Cinco años más tarde no hubiese sido tan auténtica y tan exquisita. Creo que fuimos muy creativos hasta en el modo de llamarla, FollowMe, porque luego todos nos han seguido.
Uno de los objetivos de este evento es abordar hacia donde miraremos en el futuro... ¿Qué viene después de la sostenibilidad?
La innovación va a ser y es algo muy importante pero va, de manera indiscutible, ligado a la sostenibilidad. Lo que viene después es consumir menos porque sino no podemos ser sostenibles. Tenemos que moderar nuestro nivel de consumo.
¿Y esto se puede lograr a través del diseño?
Se puede hacer a través de la educación. Las políticas de educación también se diseñan. ¿No? Al final, todo se diseña.