A perro flaco todo son pulgas. O lo que es lo mismo, las desgracias nunca vienen solas. Podríamos añadir aquello de que "llueve sobre mojado" si no fuera porque la sequía de los embalses se esgrime como principal causante del problema. El refranero castellano es rico para describir lo que está ocurriendo este final de año con el precio de la luz: el recibo medio de electricidad subió en noviembre un 1,9% con respecto a octubre, encadenando así su tercer mes consecutivo al alza, según datos recogidos por Europa Press a partir del simulador de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC). La factura media para un consumidor doméstico ha ascendido este mes a 71,23 euros, frente a los 69,32 euros del mes anterior. En los once primeros meses de 2017 el importe del recibo de la luz ha alcanzado los 754,5 euros, lo que representa un incremento del 11,8% con respecto al mismo periodo del año pasado, unos 80 euros más para el consumidor.
Estas subidas afectan a todos aquellos que tienen contratada una tarifa regulada (PVPC, Precio Voluntario al Pequeño Consumidor), que son el 46% de los consumidores, mayoritariamente hogares particulares, con una potencia instalada inferior a 10 kilovatios. Aunque las oscilaciones en el precio del kilovatio "solo" afectan al 35% del importe final de la factura –el resto son costes fijos: tarifa regulada por el gobierno, impuestos–, seguro que la subida acabará notándose, dando una vuelta de tuerca más al gasto energético que soportan las familias españolas.
Más allá de una buena reforma que mejore la eficiencia energética de la vivienda –algo que supone un desembolso inicial de dinero importante, molestias por las inevitables obras y la amortización de la inversión a medio plazo– existen soluciones inmediatas, sencillas y asequibles que pueden contribuir a reducir lo que pagamos por la luz. He aquí nuestro decálogo para cortar por lo sano con el despilfarro.
Los mecanismos domóticos, como el Sense, de Simon, pueden ayudarnos a controlar mejor el gasto energético
01
Conoce tu consumo
Si ya dispones de contador digital, puedes registrarte en la web de tu empresa distribuidora y acceder a detalles de tu consumo y descargarte los ficheros de consumo horario. La Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) ha creado un servicio que comprueba, a partir de estos ficheros, si te aplican bien la tarifa PVPC y si te interesa una tarifa con discriminación horaria.
02
Ajusta la potencia
Puede que tengas contratada una potencia superior a la que realmente necesitas. Bajar de tramo de potencia te reportará un ahorro fijo cada mes. Suma el consumo nominal de los electrodomésticos que más gastan –frigorífico, horno, lavadora, lavavajillas, aire acondicionado, radiadores eléctricos–, añade 1 kW para la iluminación y los pequeños electrodomésticos, divide el resultado por 3 –no todos los aparatos tienen que funcionar a la vez– y obtendrás la potencia real. Todo está explicado aquí.
03
Compara y elige la mejor tarifa
Las webs de organizaciones de consumidores (como la OCU) y de otros organismos (incluida la propia Comisión Nacional de los Mercados y las Comunicaciones) suelen incluir comparadores de tarifas y ofertas de suministro de luz y gas para elegir la que más se ajusta a tu consumo.
Una idea práctica y eficiente: lámparas con baterías recargables. Modelo Ginger, de Joan Gaspar para Marset
04
Busca la franja más barata
Con la nueva regulación del mercado eléctrico, la luz varía de precio cada hora. Conocer cuáles son las franjas más económicas nos ayudará a optimizar el consumo de aquellos electrodomésticos que no funcionan todo el día (horno, lavadora, lavavajillas). En esta página publican cada día el precio horario de la luz para la tarifa regulada PVPC.
05
Opta por la discriminación horaria
Si quieres sistematizar el consumo en las franjas más económicas, elige la tarifa con discriminación horaria (2.0DHA), que divide el día en dos períodos: el valle, cuando la electricidad es más barata –que en invierno va de 22 a 12 h– y el punta –el resto del día–, en el que la energía es más cara que en una tarifa normal. Solo con concentrar el 30 % del consumo en las horas valle ya se nota la diferencia, lo que para una familia media significa unos 80 euros menos al año, según la OCU.
El televisor, un derrochador silencioso en modo standby. Modelo Beovision 14, de Bang & Olufsen
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Acaba con el 'standby'
El consumo "vampiro" de los aparatos en modo reposo –como el televisor y el equipo de música– puede suponer hasta un 10 % del total anual. Conéctalos a regletas con interruptor, y eso que te ahorrarás.
07
Usa bien el frigorífico
El solito acapara el 18 % del consumo eléctrico al estar permanentemente enchufado. Lo que no implica que no pueda utilizarse con inteligencia. La clave está en mantener la temperatura adecuada –5 grados en la nevera y -18 en el congelador– y cuidar el aparato para que no trabaje demasiado, alejándolo de fuentes de calor –sol directo, horno–, eliminando de vez en cuando el polvo de la parte posterior para mejorar la ventilación, y limpiándolo por dentro: tan solo 3 milímetros de escarcha aumentan su consumo un 30 %, según el Instituto para la Diversificación y el Ahorro Energético (IDAE).
Usa bien los electrodomésticos de la cocina y te darán una alegría en la factura. Aparatos de Gaggenau en una cocina proyectada por Lagula Arquitectes
Foto: Adrià Goula
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Dale vida al microondas
El aparato más incomprendido de la casa –la mayoría lo usamos apenas para calentar la comida– puede ser un gran aliado si lo aprovechamos mejor. En comparación con el horno convencional supone un ahorro energético de entre el 60% y el 70%, según el IDAE. Utilizar recipientes adecuados y cortar los alimentos en trozos pequeños y homogéneos contribuirá a aumentar su eficacia.
09
Apuesta por la aerotermia
Según la marca Toshiba, calentar la casa con un sistema por aerotermia –que extrae el 70 % de la energía que proporciona de la temperatura del aire, incluso cuando esta es inferior a 0oC– es, como mínimo, un 25 % más económico que con gas natural y un 50 % respecto al gasóleo. En una zona climática fría, el coste de la calefacción por m2 y año con aerotermia oscilaría entre 3,6 y 3,9 euros, frente a los 5 euros de un sistema de gas natural y los 7 del gasóleo.
10
Cámbiate al LED
La tecnología LED aporta un ahorro en el consumo eléctrico del orden del 80 % respecto de las antiguas bombillas incandescentes. Su calidad ha evolucionado lo suficiente como para cubrir todas las necesidades de iluminación de una vivienda. El coste de cambiar todas las luces de la casa por bombillas de este tipo puede ser igual al ahorro que conseguiríamos en un año, pero teniendo en cuenta su vida útil, es una inversión a largo plazo. Eso sí, siempre que se elijan modelos de fabricantes fiables, dada la complejidad de sus componentes electrónicos.