Mientras que el acero, el vidrio o el cartón han sido los protagonistas habituales de la reutilización, el plástico ha permanecido hasta ahora como el gran proscrito del reciclaje creativo. Parecía imposible que los plásticos reciclados pudieran dar el salto a los productos visibles y, más aún, de calidad. ¿Qué ha ocurrido para que hayamos pasado de considerarlo un material maldito a que Mercedes, Audi, Nike, Adidas, Procter&Gamble, IKEA y otras grandes marcas mundiales hayan apostado por incorporar plástico reciclado a sus productos de una manera explícita?
En el momento en que la percepción ecológica de la sociedad y la presión sobre los plásticos como foco de problemas ambientales se ha incrementado, han surgido infinidad de productos que incorporan plásticos reciclados como parte de la solución. Para unos tan solo es un mal menor; para otros son puras razones comerciales, y en otros tantos casos es fruto de la conciencia. Sea como sea, es una buena noticia poder anunciar que el plástico reciclado, lejos de esconderse, al final se ha hecho mainstream.
Precious Waste, de Michele Baggerman, es un tejido fabricado a partir del reciclaje de bolsas de plástico.
Argumento de peso
Aunque es cierto que en los últimos años ha habido un boom en la incorporación de plásticos reciclados en los procesos productivos, también es cierto que su utilización no es ninguna novedad. Los restos de fabricación de piezas de inyección, lotes defectuosos o partidas descatalogadas se reciclan desde que los plásticos comenzaron a producirse de forma masiva en los años sesenta y setenta. Lo realmente novedoso es decir que están fabricados con plástico reciclado.
Productos tan comunes como los forros polares, las tuberías de aguas residuales, los pies de escoba, los cubos de fregar, las bolsas de basura o las perchas de la ropa tradicionalmente han estado compuestos de material reciclado y casi nadie había reparado en ello. De hecho, sus fabricantes habían ocultado hasta ahora la procedencia reciclada de los materiales por temor a que se consideraran productos de baja calidad.
Montura de gafas de la marca británica Cubitts realizada con plástico reciclado y bioplástico procedente de residuos orgánicos.
Y casi de repente, todo eso cambió. El plástico reciclado se ha convertido en una estrategia tan potente de comunicación que incluso en 2020 surgió una normativa certificada por AENOR para verificar el contenido reciclado real de los productos. La historia del reciclaje de los plásticos la vamos escribiendo cada día
y de momento despacio, pero con buena letra.
Mientras que los objetos de plástico de un solo uso se han convertido en los grandes apestados, el plástico reciclado ha pasado a ser un must para toda marca que pretenda sobrevivir en una sociedad cada vez más consciente. En el diseño reside la clave para una circularidad real de este material. Las principales firmas se han puesto manos a la obra para lanzar productos insignia hechos con plástico reciclado.
Colección de objetos de plástico reciclado diseñada por el estudio brasileño Transa para Coza con colores de la carta Pantone.
Ya no es extraño ver como Andreu World presenta nuevos plásticos 100% reciclados y reciclables (Pure ECO®), y bioplásticos 100% compostables (BIO®), o cómo estos pasan a ser un argumento fundamental de comunicación para marcas como Magis, Arper, Vondom, Emeco y tantas otras. El plástico es un material muy especial, con tantas virtudes como defectos, probablemente como todos los materiales, y por fin su reciclaje ya es una realidad con resultados más que esperanzadores.
Un nuevo valor expresivo
Además de más ecológicos, los plásticos reciclados son materiales con una narrativa muy intensa, que normalmente se ha reflejado en su estética, presentando superficies discontinuas, colores apagados e incluso un aspecto tosco, lo que desde su origen supuso una barrera al no ser aceptados por los usuarios. Los plásticos reciclados eran feos, y parecía imposible que pudieran entrar en el día a día, más allá de componentes ocultos.
Sin embargo, las mejoras técnicas han permitido llegar a un estándar de calidad estética en el que en muchas ocasiones cuesta diferenciar, para el ojo no experto, un plástico reciclado de uno virgen. En otros casos los materiales reciclados se han encarnado en nuevos materiales, y lo que cuesta es asociarlos al material virgen que una vez fueron. Y en otras ocasiones, la mayor experiencia de los diseñadores con estos materiales permite obtener un valor expresivo de sus imperfecciones y hacer del defecto virtud, elevando sus discontinuidades e irregularidades a valores comunicativos y de personalidad propia del material.
Botella de agua diseñada por los británicos PriestmanGoode con bioplástico biodegradable y compostable y corcho.
Consumo consciente
La conciencia general que ha emergido sobre los problemas ambientales de los plásticos ha dado lugar a potentes campañas contra su utilización, e incluso, a nivel de leyes, se han prohibido los productos de un solo uso como origen del problema de residuos que nos invade.
Y es que para evitar los residuos lo primero es dejar de generarlos, pero lo segundo y no menos importante es reciclar los que ya se han producido. Los plásticos, como otros materiales, son técnicamente reciclables, pero conviene recordar que, para que un material sea realmente reciclable, es imprescindible que haya productos fabricados con esos plásticos reciclados, porque de nada sirve mejorar las cifras de la recogida selectiva si no hay productos que utilicen esos materiales reciclados.
Por lo que, si lo pensamos bien, el reciclaje no comienza con lo que tiramos a la basura, sino con lo que compras en las tiendas. Las decisiones de compra son la principal arma para el cambio y el motor de evolución de las empresas, a la vez que la conciencia y las demandas sociales son el incentivo para que los gobiernos legislen en positivo. Y como en todo, la información y el valor del diseño son la clave para que todo funcione en dirección hacia la sostenibilidad.
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