Reciclar y reutilizar se han convertido en un mantra para la industria del diseño, que busca innovar mientras reduce nuestra huella en el planeta. La economía circular ha sido el motor del diseñador londinense Tom Robinson, que ha utilizado el plástico sobrante de los desechos electrónicos para crear Evolve, una silla negra. Su color proviene del material utilizado en ordenadores, que se tritura y granula antes de formar paneles de plástico. El diseñador cree que este proceso le da al material una apariencia que no suele asociarse con el plástico. Con esta sólida y responsable propuesta en forma de mueble contemporáneo, práctico, cómodo y también bello, se ha dado al material artificial una sensación más natural y, sobre todo útil.