La arquitectura bioclimática ha venido para quedarse y son cada vez más los proyectos que apuestan por lo verde y la sostenibilidad. Solo hay que ver el trabajo del estudio de arquitectura Arquid, que transforma una antigua nave industrial de Madrid en sus nuevas oficinas y con un ficus como árbol central que enmarca y condiciona todo el diseño. De hecho, el proyecto fue seleccionado en los Dezeen Awards 2021 en la categoría "Espacios de trabajo". Así que no era broma lo de trabajar en uno, que aquí no somos de mentir.
El diseño de la oficina está enfocado a mejorar la salud, creatividad y eficiencia de los trabajadores, siguiendo la tendencia global del 'tercer espacio'; un entorno que combina la comodidad del hogar con la funcionalidad de los espacios de trabajo.
Pero, ¿cuál es la historia? En la búsqueda de su nueva sede, Begoña Soto y Juan Sánchez, socios del estudio de arquitectura Arquid, descubrieron, en los bajos de un edificio residencial de Madrid, un antiguo almacén industrial, totalmente integrado con la ciudad y con un aspecto abandonado. Y en su interior, un gran ficus de cuatro metros de altura que se había conservado a lo largo de los años. Decidieron iniciar un proceso de metamorfosis para crear en él sus nuevas oficinas.
El estudio llama a su sede 'Ficus Office' y no es tanto una oficina como un lugar de reunión diseñado por su propio equipo. El ficus, que da nombre al proyecto, se ha convertido en el corazón del espacio, integrándose completamente en el día a día. La sede es el alma del estudio hecha proyecto; un homenaje a su personalidad y un espacio para promover y potenciar las ideas que hacen posibles sus diseños.
"Sobre el lienzo en blanco se empiezan a distribuir las ideas y se decide crear una nueva topografía dentro del almacén que permita aprovechar la altura completa de la nave. De esta forma, se crean varios niveles en los que se distribuyen distintas zonas de trabajo y de actividad, permanentemente comunicados entre sí a través de varias zonas de acceso. En la planta baja se distribuye la actividad principal en un espacio abierto, mientras que la planta superior alberga distintos ambientes de reunión cerrados con cristaleras transparentes que se abren al exterior y permiten la entrada de luz natural desde la claraboya del techo".
La nueva topografía se remata con superficies grises que son aprovechadas para distintos usos como suelo, mesa o incluso asiento. En conjunto, el espacio y la estructura integra sus elementos constructivos en la actividad diaria del estudio. Esta idea enlaza con el concepto de Arquid de contribuir al flujo de ideas entre todos los miembros del equipo.