Hacer deporte es uno de los propósitos más repetidos cuando llega el año nuevo. La gran mayoría de nosotros llevamos vidas bastante sedentarias, por lo que aprovechamos la ocasión para apuntarnos al gimnasio o a cualquier otra actividad deportiva. Esto está genial, lo que ocurre es que a veces ignoramos otras formas de hacer ejercicio que podemos incorporar en nuestro día a día y que, además de ponernos en forma, contribuyen a que llevemos una vida más sostenible.
Ciclista urbano
Foto: Viktor Kern | Unsplash
Desplázate al trabajo en bicicleta
Las calles de nuestras ciudades cada vez están más llenas de bicicletas, ¡por algo será! Lo que a muchas personas echa para atrás es que lo consideran muy peligroso. Cuando pensamos en ir en bici al trabajo lo primero que se nos viene a la cabeza es la ruta que haríamos en coche. Tenemos que cambiar de mentalidad, la distancia más corta casi nunca es la más indicada. Mejor buscar rutas por calles poco frecuentadas y si es posible con carriles bici. Aunque tardemos más llegaremos de mucho mejor humor.
La bici tiene una gran ventaja: Si vas en ella montada es un vehículo, si te bajas y la llevas en la mano eres un peatón. Hay que aprovechar esto, si pasas por una zona conflictiva te puedes desmontar de la bici e ir andando unos minutos hasta que llegues a una zona más calmada. No hay por qué correr riesgos innecesarios.
Si vives fuera de la ciudad y te desplazas todos los días en coche una opción es llevar una bici plegable en el maletero, o mejor aún en el tren, y a la entrada de la ciudad desplegarla y ponerte a dar pedales.
Y si por cualquier motivo no puedes o no te apetece ir al trabajo en bici, utilízala para otros desplazamientos. Puede sustituir al coche en muchísimas ocasiones. Solo es cuestión de planteárnoslo. Además de ponerte en forma evitarás un montón de emisiones de CO2.
Camina más
Foto: Lukas Hartmann | Pexels
Camina más
¿La bici no es lo tuyo? Prueba a ir a trabajar andando. Sin duda caminar es el deporte más sencillo, no necesitas nada especial. Y sí, lleva más tiempo, pero no lo veas como tiempo perdido, sino como tiempo invertido en tu salud y en la del planeta.
Andar a primera hora de la mañana revitaliza, llegas al destino más despierto y de mejor humor. Caminar al salir de trabajo te ayuda a llegar a casa más relajada. Puedes ir escuchando música o algún podcast para que el camino se haga más entretenido, o probar distintas rutas para que no se haga repetitivo e irte fijando en sitios que no conocías o no habías reparado. Es una forma muy efectiva de conocer mejor tu localidad.
El ritmo lo pones tú (o el reloj si te has levantado tarde), con el paso del tiempo lo puedes ir incrementando para que te cueste un poquito, así será más efectivo. Andar tiene muchos más beneficios de los que te imaginas.
Si el trayecto es muy largo te puedes bajar unas paradas antes del autobús o del metro y andar el último tramo. Y si vas en coche lo puedes aparcar en una zona a la que llegas sin tráfico y sin problemas de aparcamiento y andar desde allí. No hay excusas para caminar más
Y no solo ir al trabajo. Acostúmbrate a hacer todos los trayectos que puedas caminando. Si no vas a hacer una compra enorme puedes ir a pie. Además a la vuelta, con todo el peso de la compra también ejercitas los brazos.
Evita el ascensor
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Deja el ascensor y las escaleras automáticas
Las escaleras es un entrenamiento que utilizan en muchas disciplinas, como los corredores, futbolistas y ciclistas, ya que es muy efectiva para fortalecer el tren inferior. Entonces ¿por qué desaprovechar todas las escaleras que nos encontramos a diario? Si te cuesta mucho puedes ir poco a poco, cada día ir aumentando un piso o un tramo más. Vas a notar enseguida lo efectivo que es.
Practica plogging
¿Eres de los que se ha planteado correr? Entonces puedes practicar el plogging. Este deporte que viene de Suecia consiste en correr y al mismo tiempo recoger los residuos que te encuentres por el camino. Lo ideal es practicarlo en entornos naturales, como en cualquier playa o bosque. Por experiencia te digo que de agacharte tantas veces acabas con las piernas muy trabajadas. Es como ir haciendo sentadillas cada vez que recoges algo. Por lo que bueno para ti y para el medio ambiente.
Personas corriendo por la montaña
Foto: Todd Diemer | Unsplash
La Organización Mundial de la Salud recomienda para los adultos la realización de como mínimo 150 minutos semanales de actividad física aeróbica y para obtener aún más beneficios aumentarlos a 300 minutos. ¿No es ideal aprovechar nuestros desplazamientos para realizar parte de este ejercicio?
Sea como sea, trata de moverte más en tu día a día. Muchas veces evitamos caminar, coger la bici o subir escaleras y luego por la tarde vamos al gimnasio y hacemos steps, caminos en la cinta o utilizamos la bici estática. Si lo piensas fríamente, no tiene mucho sentido. No se trata de dejar de ir al gimnasio, se trata de aprovechar todas las oportunidades que nos pone el día para ejercitarnos y al mismo tiempo evitar que gases de efecto invernadero se acumulen atmósfera. Todo suma.