Según la ONU, en la próxima década necesitamos reducir las emisiones a la mitad para paliar los efectos de la crisis climática. Teniendo en cuenta que el transporte es es una de las mayores fuentes de emisiones a nivel global, no es de extrañar que cada vez más ciudades implanten medidas para incentivar la movilidad compartida.
A muchas personas no tener coche propio les puede parecer un atentado contra su libertad individual. Además, el coche tradicionalmente no solo se ha percibido como un medio de transporte, sino también como un símbolo de progreso y de estatus social. Hasta no hace mucho a una persona sin coche se la veía como si estuviera privada de un bien básico, en ocasiones hasta podía dar la impresión de ser 'un don nadie'. Pero en realidad no tener un coche propio, además de reducir notablemente las emisiones, tiene muchas más ventajas:
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Foto: Elly Johnson | Unsplash
Ahorro de dinero
Los coches suponen el segundo gasto más importante de los hogares, después de la vivienda. No tener coche propio implica un ahorro de dinero importante. Imagina no tener que pagar los impuestos, seguros, mantenimiento, aparcamiento, limpieza, etc. Simplemente pagas por el tiempo que lo usas, nada más.
Mejor salud
La contaminación ambiental que genera el tráfico provoca la muerte de 31000 personas anualmente en España (30 veces más que los accidentes de tráfico). Además, las personas que usan medios de transporte compartidos suelen pasar menos tiempo al volante y desplazarse más caminando.
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Foto: Ryan Seartle | Unsplash
Menos coches
Los coches privados sólo se usan un 5% del tiempo y cuando lo hacen sólo 1,5 asientos están ocupados. ¿No es una locura? La movilidad compartida generalizada multiplicaría su uso más de 10 veces y ampliaría en 800000 Km la vida de los vehículos.
Ahorro de tiempo
Al trasladarse más personas en menos coches, mejoraría notablemente el flujo del tráfico en la ciudad. Menos tráfico implica menos atascos y menos tiempo de trayecto.
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Foto: Joline Torres | Unsplash
Y esta es la dirección hacia la que nos movemos. Hay estudios que indican que a partir del 2025 el número de vehículos en Europa empezará a caer. Pero no hay que esperar tanto, ya que a día de hoy hay muchas formas para empezar a compartir coche.
Car Sharing
Son compañías que distribuyen vehículos de alquiler por la ciudad por un tiempo corto. Sólo hay que registrarse en una aplicación, consultar el coche más cercano y reservarlo. Se suele pagar por kilómetro recorrido. Estos coches están ganando terreno en nuestras ciudades: Car2go, Emov, Zity, Respiro, Ubeeqo, Clickcar… Por supuesto, la gran mayoría son eléctricos.
Car Pooling
Son plataformas online en las donde conductores que tienen asientos libres suben el viaje que van a realizar para que otras personas puedan ocupar esas plazas y así compartir los gastos del viaje. La más famosa es Blablacar.
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Foto: BlablaCar
Alquiler de particular a particular
Existen aplicaciones que ponen en contacto a particulares que están dispuestos a alquilar sus vehículos privados a quien lo necesite.. Si tienes un coche y por cualquier motivo no lo utilizas lo puedes poner en alquiler para que lo utilicen otras personas y así rentabilizarlo. La más famosa es Socialcar.
Alquiler tradicional
Las de toda la vida, empresas que alquilan vehículos de alquiler por plazos más largos y en un territorio más amplio. Si tienes el coche para viajar, esta alternativa puede ser la tuya ya que, además de liberar espacio en el garaje (o en la calle), te ahorrarás muchísimo dinero sin renunciar a viajar en tu propio vehículo.
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Foto: Alexander Popov | Unsplash
El mundo tiende poco a poco hacia un futuro más sostenible y tanto la movilidad como nosotros tenemos que ir preparándonos para estos cambios. Hacen falta cambios en las infraestructuras, mejoras en el transporte público y un cambio en la mentalidad de todos.
¡Compartir es vivir!