¿Sabías que los alcornocales están al nivel de las selvas en cuanto a importancia por su biodiversidad? Eso es por la gran cantidad de especies vegetales y animales que acogen y que viven gracias al bosque. Lo que probablemente desconocías es el enorme beneficio social que un bosque de alcornoques también trae consigo, y es que la saca del corcho es la actividad agrícola mejor remunerada.
La simbiosis entre las necesidades humanas y las del alcornoque han llegado a tal nivel, que el árbol incrementa su vida y salud cuantas más sacas se le realicen: unas 15 a lo largo de sus 200 años de vida. Pero es un proceso largo. Desde que nace el árbol se necesitan 15 años para extraer la primera capa, que solo puede aprovecharse triturada y aglomerada. Tras otros 9 años se extrae una segunda capa, tampoco aprovechable al natural. Y es ya después de al menos 30 o 40 años desde que brotó el alcornoque cuando se obtienen los primeros materiales para su uso como tapones de vino de máxima calidad, la aplicación que inicia la industria corchera.
Casa con revestimiento exterior de corcho, de Emiliano López y Mónica Rivera.
El corcho, el material más local de que disponemos, es el gran exponente de que el beneficio económico y las posibilidades de diseño pueden ir de la mano con una Naturaleza más sana y una vida más sostenible. Es un material tan perfecto que ningún proceso industrial o material sintético lo ha podido sustituir, pero tan humilde en apariencia y tan abundante en la península Ibérica que quizá no haya sido valorado como se merece. Una injusticia que ha empezado a repararse con nuevas aplicaciones que aprovechan sus extraordinarias características.
Cork Chair, de Jasper Morrison para Vitra.
Hasta el último gramo
Cada año se sacan más de 200.000 toneladas de corcho de los bosques de la península ibérica, que se van a transformar, casi en su totalidad, en materiales de primer nivel. Porque de la corteza del alcornoque se aprovecha todo gracias a un proceso de valorización en cascada que va desde la extracción manual de los tapones naturales para botellas de vino directamente de la corteza, hasta el triturado de los retales y su procesado en composites técnicos de alto rendimiento. Sus aplicaciones van desde los sencillos y clásicos paneles hasta usos más complejos en sistemas tecnológicos menos visibles para el publico general. En los últimos años está abriéndose paso como ingrediente básico del diseño de interiores de las mejores firmas.
Centro Cultural de Belém, Lisboa, de Vittorio Gregotti y Manuel Salgado.
Foto: Jose Neves
Aliado de la arquitectura
Los restos de corcho natural no utilizados se introducen en un proceso de tecnificación que da lugar a multitud de composites de corcho como los que se emplean en los pavimentos y revestimientos de mayor calidad y más sostenibles.
Wicanders, líder en innovación de pavimentos base corcho, destaca sus cualidades frente a otras alternativas: reducen el ruido un 50% y mejoran la acústica del espacio, aíslan térmicamente por lo que favorecen la eficiencia energética arquitectónica e incluso gracias a su elasticidad resultan más cómodos y ergonómicos al andar sobre ellos ya que acomodan la carga del paso.
Suelos laminados con base de corcho y acabado madera, de la colección ArtComfort, Wicanders.
A nivel de instalación, al ser más ligeros y delgados permiten incluso ser cortados con un simple cúter y su resistencia al impacto los hace prácticamente irrompibles. Y como en el interiorismo la estética es tan importante, desde la firma proponen infinidad de acabados superficiales, colores, texturas y formatos pudiendo casi competir también con cualquier otro material convencional a nivel de aspecto.
Pabellón de verano de la Serpentine Gallery 2012, de Herzog & de Meuron y Ai Weiwei.
Belleza eficiente
El conocido como corcho negro es uno de los materiales aislantes más excelente y ecológico que tenemos para la mejora de la eficiencia energética de edificios. El triturado residual de corcho natural al exponerse a un sencillo proceso térmico hace que los gránulos se expandan y rezumen su resina natural, lo cual al prensarlos se aglutina en tableros ultraligeros con un poder aislante excepcional y completamente orgánicos. Al ser impermeable también puede instalarse como revestimiento de fachada con un resultado funcional perfecto, pero también con una respuesta estética sorprendente ya que al exponerse a los rayos del sol su color va cambiando de tonalidad dependiendo de la estación, adquiriendo un color ocre durante el verano.
Alfombra de corcho y fieltro, de Hella Jongerius para Kvadrat.
Tecnología punta
La extracción de la corteza del alcornoque es un proceso tradicional y totalmente manual basado en la destreza de los sacadores y su humilde hacha, lo cual contrasta con la sofisticación de la industria que tiene detrás. Los molinos aerogeneradores necesitan de este material en el interior de las aspas para evitar que se congelen en invierno. Los satélites aeroespaciales necesitan corcho para prevenir impactos del polvo estelar y a la vez no degradarse por la fuerte radiación cósmica. Los trenes más sofisticados han logrado reducir su consumo energético gracias a la ligereza del material aplicado en los suelos y revestimientos de los convoyes. ¿Alguien da más? ¡Desde luego que sí! En los últimos años, el empuje de la I+D de vanguardia por exprimir aún más las propiedades y aplicaciones del corcho le augura un futuro esplendoroso.