Con la llegada del buen tiempo, nos apetece pasar más tiempo fuera de casa, rodeados del verde refrescante de nuestro jardín. En nuestra climatología calurosa y escasa de agua en los meses estivales, esto puede suponer un gasto considerable en cuidados de las plantas si pretendemos imitar los diseños paisajísticos de países más húmedos. Pero con estas claves podrás crear un espacio exterior más respetuoso con los recursos disponibles y en armonía con el entorno que nos rodea.
01
Recupera la esencia de nuestra jardinería tradicional.
En un entorno seco el mejor recurso es elegir plantas de bajo consumo hídrico. Las especies autóctonas son las que mejor se han adaptado a la escasez de agua durante su evolución, y son las que se han utilizado tradicionalmente en el gran referente del diseño paisajístico en nuestra cultura y climatología, los jardines árabes. Entre ellas destacan las aromáticas y los cítricos por sus cualidades estéticas y aromáticas, junto con el olivo, el ciprés, el boj, el cerastio, el laurel, las trepadoras (jazmín, rosales...).
Casa en Orense, Estudio Nómada
Foto: Eugeni Pons
02
Decora con piedras y gravas
Esos mismos jardines árabes incluían amplias zonas pavimentadas ya que por nuestro clima no se puede adoptar el concepto anglosajón de extensas praderas de césped ni recurrir a un número excesivo de plantas. Pero sí podemos emplear alternativas ornamentales como los áridos, las piedras y la madera para completar el diseño del espacio exterior. El jardín japonés es un magnífico ejemplo de los magníficos resultados que pueden conseguirse con la sabia combinación de estos materiales y unos pocos elementos vegetales.
Casa Alegre, Ibiza, Rahola Vidal Arquitectes y Marcos Catalán Interiorismo
Foto: Eugeni Pons
03
Existen alternativas al césped
Aunque el césped es un elemento vegetal ajeno a la climatología peninsular, si lo deseamos podemos integrarlo con eficiencia en nuestros jardines. Carlos García Puente, paisajista y arquitecto director de Liquid Ambar, aboga por crear praderas acotadas, regadas con sistemas de agua reciclada. La paisajista Patricia Pérez Rumpler recomienda elegir especies tapizantes que no exijan tanta agua, como la hiedra o la vinca. Y su homólogo Fernando Pozuelo señala que existen especies cespitosas aptas para ser regadas con agua con cierto contenido salino, lo que podría dar una utilidad adicional a la industria desalinizadora.
04
Aprovecha hasta la última gota de agua
Las culturas del sur de la península ibérica desarrollaron una eficaz ingeniería hidráulica que se plasmó en albercas que recogían el agua de lluvia y la hacían llegar a cualquier rincón mediante una red de acequias y norias. En la actualidad el reto es optimizar la distribución de agua, evitar las pérdidas, reutilizar toda el agua disponible y crear depósitos de lluvia. La moderna tecnología también puede ayudarnos en forma de sistemas de riego localizado por goteo en combinación con dispositivos como programadores o sensores de lluvia que desactivan automáticamente el riego en caso de precipitaciones.
Casa en Fonolleres, Girona, María Borrell y Jorge Jover
Foto: Pere Peris
05
Un jardín bien organizado es un jardín más eficiente
La agrupación de especies según sus diferentes necesidades hídricas permite optimizar el riego que se destine a cada una de las plantas. También es aconsejable diseñar debidamente las pendientes para conducir el agua de lluvia hacia zonas ajardinadas concretas o hacia depósitos de recogida para su reutilización.