Desde sus primeros números, a lo largo de sus veinte años de existencia, la revista Arquitectura y Diseño ha dedicado muchas páginas y el máximo rigor a contar todas las posibilidades, descubrimientos y soluciones con los que los mejores profesionales han ido arrojando luz para insistir en la necesidad de construir un futuro verde cada vez más urgente. "Empezamos a hablar muy pronto sobre medioambiente, asumiendo nuestra responsabilidad como transmisores de valores en torno al diseño, la fabricación de objetos y la construcción de casas" –explica Soledad Lorenzo, directora de la revista. "Desde el principio nos apoyamos en expertos de bioconstrucción, y en diseño medioambiental, (...) y con ellos fuimos aprendiendo que nuestro campo de batalla, el que dependía totalmente de nosotros, no estaba en la Antártida ni en el Amazonas, sino en nuestro cubo de basura, en el interior de nuestra nevera, de nuestro armario de ropa, en la pintura de las paredes, o en la capacidad de perdurar de nuestros muebles. Y en ese, nuestro territorio natural, había mucho por hacer”.
Precisamente por la importancia de ese “frente doméstico”, de que gran parte de la solución a la emergencia climática que llena titulares la tenemos cada uno de nosotros más que la incierta voluntad política de los gobernantes, Arquitectura y Diseño siempre ha querido contribuir al debate en positivo, con plena conciencia del problema pero sin alarmismo. El número de marzo “es nuestro esfuerzo por lanzar un mensaje constructivo ante el ruido general apocalíptico” añade Soledad Lorenzo. “Cada persona puede convertir la rareza del activismo solitario en una gran ola que lo mueva todo”.
Por eso este número especial sigue la estela y el ejemplo de las jóvenes generaciones, encarnadas por la activista sueca Greta Thunberg; gente quizá sin el aura de idealismo de los hippies de los años sesenta, pero curtida en la crisis económica de comienzos del siglo XXI y por ello con un espíritu pragmático que puede resultar mucho más eficaz para hacer realidad el cambio.
Por eso el número basa el peso de reflexión en la voz de los expertos que marcan el camino. Personajes como el activista ambiental John Thackara, quien considera que el diseño es indesligable de la ética y la responsabilidad con el planeta; el estratega político Juan Verde, asesor de Obama en materia ecológica, para quien una sociedad civil forjada en democracia es la mejor garantía de la movilización en favor del medio ambiente; o el estudio Space10, los ideólogos de gran parte del discurso sostenible del gigante Ikea.
El mensaje positivo se alimenta asimismo de una industria cada vez más responsable. Consciente de su huella ambiental, el sector de la construcción avanza hacia un modelo de arquitectura circular, en el que los residuos y los elementos de un edificio se conviertan en la materia prima del siguiente. En el horizonte más próximo se avista la posibilidad real de que algún día nuestras casas sean una fuente, en lugar de un sumidero, de recursos y energía.
En el campo del diseño, nos fijamos en las lecciones pioneras de las marcas nórdicas, para las que la sostenibilidad forma parte de su ADN desde hace décadas. Y tomamos la temperatura al compromiso medioambiental de las firmas españolas, reflejando cómo estas afianzan su prestigio internacional no solo en la calidad y la creatividad sino especialmente en la solidez con la que conjugan conceptos como trazabilidad, producción de proximidad y reciclaje.
Persistente en hacerlo con rigor, Arquitectura y Diseño analiza, desde siempre, el tema con toda la complejidad que merece una cuestión tan poliédrica. Por eso, este número de marzo también aborda un tema peliagudo, el de la huella ambiental de la nueva economía digital. Contra lo que podamos creer, sustituir el papel por los bits de información tiene una repercusión energética que la mayoría no imagina, la que comporta alimentar los gigantescos servidores que almacenan la ingente información que compartimos a diario en la nube.
Muchos hablan de sostenibilidad; Arquitectura y Diseño lo hace con fundamento. En el año de su veinte aniversario, la revista sigue reafirmando su compromiso con una forma de crear y de vivir la arquitectura, los objetos que nos rodean y todo lo que nos hace mejorar como especie desde el respeto profundo por nuestro entorno.
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