La arquitectura sostenible gana altura
La Torre Astro en Bruselas, rehabilitada por Estudio Lamela, se convierte en el edificio verde más alto de Europa
Torre Astro es uno de los edificios más altos de Bruselas, con 113 metros y 41 plantas
Siempre se ha dicho que el verdadero reto de una arquitectura sostenible está en la rehabilitación del inmenso parque de edificios que se construyó en su día sin ningún criterio de ahorro y balance energético neutro. Mientras que la tecnología actual ya permite crear de cero con cierta facilidad estructuras eficientes, hacer lo propio con construcciones existentes sin comprometer sus prestaciones de confort ni desvirtuar su imagen original, y a un coste razonable, supone un desafío para cualquier arquitecto sensible con la cuestión.
Tras la rehabilitación, el edificio cuenta con la certificación Bâtiment Passif 2014 y 2015
Estudio Lamela, dirigido por Carlos Lamela, ha superado con nota este reto en la rehabilitación de la Torre Astro, uno de los edificios más altos de la capital europea con sus 113 metros y 41 plantas, 32 de ellas oficinas. Levantado en 1974 por el arquitecto Albert Donker, el rascacielos contará tras la intervención del estudio madrileño –ganador del concurso internacional en 2010– con la certificación Bâtiment Passif 2014 y 2015, que corrobora que es un edificio prácticamente autosuficiente desde el punto de vista energético. En concreto, Torre Astro reduce el consumo de energía hasta en un 90% y rebaja el gasto de calefacción en un 60%.
La intervención de Estudio Lamela ha supuesto la renovación de 52.600 metros cuadrados de superficie
Para ello, el proyecto –desarrollado por Estudio Lamela en colaboración con sus socios belgas Altiplan Architects– ha mejorado sustancialmente el aislamiento y la estanqueidad de las fachadas para evitar pérdidas de energía. Se ha utilizado un triple vidrio con control de factor solar para regular el intercambio. Además, se limita y regula el consumo eléctrico y de climatización mediante sistemas más eficientes. Por ejemplo, se recurre a la climatización por techo radiante (plafond actif).
Desde un punto de vista estético, las fachadas de vidrio con bandas verticales y acero se prolongan en los últimos pisos para aumentar la sensación de esbeltez y ocultar las plantas técnicas retranqueadas en cubierta. El proyecto ha supuesto la renovación de 52.600 m2, de los que unos 41.000 m2 han sido sobre rasante (por encima del suelo).
La edificación acogerá la sede central de Actiris, el organismo público que se encarga de ayudar a encontrar empleo en la región de Bruselas
"La Torre Astro es ya un hito en Europa en eficiencia energética en altura –ha señalado Carlos Lamela sobre este proyecto–. Intervenir sobre una arquitectura existente es un reto: supone convivir con una obra ya creada y buscar las fórmulas y las vías que, desde el respeto de la propuesta original, innoven y actualicen la edificación".