Durante las últimas dos décadas, las ideas en torno a qué es una casa saludable y cuáles son las soluciones más eficaces para implementarla han experimentado una extraordinaria evolución. Atrás quedaron los años de contención; hoy la sociedad ya conoce los beneficios de incorporar parámetros de salud en los diseños arquitectónicos actuales, y cada vez los exige con más firmeza.
1. La tecnología por delante
En una sociedad occidental como la nuestra es necesario que la comunidad científica avale cualquier idea antes de que esta sea aceptada. Han sido necesarias décadas antes de que se consolide la vivienda saludable como una herramienta de prevención contra enfermedades, un refuerzo más para disfrutar de la vida con mayor energía y buena salud. El avance en el campo de la sostenibilidad ha sido el gran aliado para la arquitectura saludable, pues sostenibilidad y salud están íntimamente relacionadas.
2. Evidencia científica
El crecimiento de la exigencia en términos de salud impuesto por normativas europeas ha impulsado al sector de la construcción a desarrollar herramientas de certificación y producción como el sello francés Émissions dans l’air intérieur, que regula las emisiones de Compuestos Orgánicos Volátiles (COV), o el alemán IBR (Institut für Baubiologie de Rosenheim), que regula hasta la radiactividad.
3. Evolución de la demanda
En los despachos de arquitectura hemos visto cómo los clientes han pasado del escepticismo más absoluto hace tan solo quince años a solicitar estudios de contaminación ambiental con mediciones de campo electromagnético de baja frecuencia, radiactividad, COV e incluso geomagnetismo. Como pasó con la alimentación, parece que ha llegado el momento de la vivienda saludable.
Proyecto The Farm Kitchen.
4. Conceptos de siempre
La arquitectura es un reflejo de la sociedad. Necesitamos comprobar hasta dónde llega una determinada tecnología, sopesar su impacto económico, medioambiental y ahora también sobre la salud, para después valorar si lo que ya teníamos era mejor que lo que nos ha traído el progreso. Muchos de los parámetros que garantizan un espacio saludable, inocuo y vitalizante son recuperados de técnicas tradicionales con centenares de años de aplicación.
5. Redescubrir el astro rey
Uno de los parámetros más importantes en términos de arquitectura y salud es la relación de la vivienda con el Sol; su radiación marca nuestro ritmo biológico: cuándo es hora de irse a dormir, de despertarse, el momento de máxima lucidez mental, de máxima fuerza física, etcétera. A lo largo de la historia la relación de la arquitectura con el Sol siempre ha sido un aspecto capital en el diseño.
6. Masa térmica
Antiguamente construíamos con enormes paredes de piedra expuestas al sol que actuaban como baterías térmicas, almacenando calor durante el día para luego liberarlo durante la noche; si encendíamos un fuego interior funcionaban exactamente igual. Se trata del clima por radiación; la técnica ha evolucionado, pero en esencia es la misma. La calefacción radiante fue, es y será la más saludable de todas.
7. Materiales nobles
La experiencia adquirida con el tiempo ha confirmado que los materiales extraídos de la naturaleza y colocados en nuestros edificios en su formato más crudo reducen las probabilidades de que estos produzcan efectos adversos sobre nuestra salud al reducir al máximo los productos químicos en su composición.
8. Altas prestaciones
Los procesos de industrialización de los materiales han supuesto grandes mejoras en términos de productividad y prestaciones. Hoy podemos disponer de mobiliario de cualquier tipo de madera gracias a los chapados naturales, y las pinturas admiten las segundas capas antes gracias a colas y aditivos que antes no se utilizaban.
9. Pinturas de ayer y de hoy
Las pinturas han sido precisamente uno de los productos de la construcción que ha realizado un camino de ida y vuelta. Hoy en el mercado coexisten las pinturas plásticas, más rápidas, baratas y fáciles de limpiar, con las minerales, antiestáticas, fungicidas y con menos compuestos sintéticos. La decisión es difícil.
10. El buen sitio
Uno de los aspectos que más impacto tiene sobre una vivienda en términos de salud, y que ha cobrado una mayor importancia en estos años, es escoger el "buen sitio". Se trata de visitar el solar y analizarlo, no solo sus parámetros urbanísticos, sino también las condiciones ambientales para determinar el lugar ideal donde ubicar el edificio.
Mesa de la firma Form & Refine.
11. Bajo impacto en el medio
También ha aumentado la búsqueda de un bajo impacto en el medio, no tanto desde una perspectiva sostenible, que en este caso será una consecuencia deseable de las decisiones tomadas, sino como una muestra de respeto hacia el entorno. Está creciendo la tendencia hacia construcciones menos "pesadas" y menos agresivas con el territorio.
12. Quitar hierro al asunto
Los materiales ferromagnéticos son inductores naturales de campos magnéticos. Por este motivo la industria de la construcción saludable lleva años trabajando en alternativas al hierro de armado, desde bras de carbono mezcladas con la masa de hormigón hasta varillas de bambú en sustitución del acero corrugado.
13. Ventanas al confort
Desde la perspectiva de la salud, la posibilidad de garantizar una óptima relación de los usuarios de cualquier edificio con la luz y la radiación directa del Sol es capital. Actualmente los arquitectos podemos imaginar grandes ventanales que permitan esta relación sin que ello suponga un gran perjuicio a nivel térmico ni acústico gracias a las mejoras técnicas constantes que el sector ha realizado.
14. Panorámica para sanar
La posibilidad de disponer de ventanas de gran tamaño ha aportado un segundo beneficio en términos de salud. Hoy sabemos que permitir vistas con más de treinta metros de distancia sin obstáculos es una de las herramientas más efectivas contra el estrés, y que además incrementa la rápida restauración cerebral, permitiendo sostener la concentración durante más tiempo.
15. El enemigo invisible
Uno de los campos donde la construcción saludable ha hecho mayores avances durante estas dos décadas es la regulación de los COV presentes en algunos materiales y productos de limpieza. Es un área en la que en España todavía queda mucho por hacer, pero ya existe suficiente evidencia para actuar de forma preventiva. Los COV como los hidrocarburos, clorados, las acetonas, éteres etcétera, actúan en algunos casos como disruptores endocrinos al ser inhalados.
16. Naturalidad mejorada
Los principales fabricantes de piedra sinterizada, por ejemplo, ya hace años que trabajan para ofrecer al mercado productos con características mejoradas, y a lo largo de este inicio de siglo se han acercado a la perfección: encimeras fungicidas, térmicamente estables, libres de COV, extremadamente duras e incluso reparables son algunas de las prestaciones que ofrecen.
17. La cara B de la energía
El nivel de electrificación de las viviendas ha experimentado un incremento exponencial estos últimos veinte años. Una vivienda de principios de siglo podía funcionar con poco más de 3.000 W, mientras que hoy es raro aquella que no alcanza la electrificación de 9.200 W. Con el aumento de la electrificación han llegado también patologías como la electrosensibilidad o la contaminación electroestática.
18. Instalaciones blindadas
La evidencia de esta relación ha hecho evolucionar las instalaciones hacia un concepto más equilibrado entre prestaciones y salud. Han aparecido los filtros PLT y se ha normalizado la colocación de regletas equipotenciales o cables apantallados en las instalaciones domésticas para reducir la incidencia en la salud.
19. Iluminación benéfica
Las instalaciones de iluminación han transformado sus principios de diseño: donde antes simplemente se pretendía iluminar y reducir el consumo hoy se trabaja de forma que la iluminación favorezca nuestros biorritmos, y que promueva, por ejemplo, una correcta inducción al sueño las horas previas al descanso.
20. Favorecer la concentración
En los ambientes de trabajo la iluminación también ha evolucionado desde una perspectiva saludable. A través de sensores, estos espacios favorecen una óptima iluminación para la concentración, temperatura de color neutra y elevada intensidad, a la vez que facilitan la percepción subconsciente del paso del día a través de la iluminación ambiente.
21. Ambiente propicio
El otro gran paquete de avances de las instalaciones está en el campo de la renovación del aire. El Código Técnico (CTE) obligó, en 2006, a ventilar las viviendas de forma forzada. Estos sistemas han evolucionado hasta ofrecer sensores de CO2, control de humedad, filtros de partículas y hasta ionizadores incorporados, también para las viviendas.
22. Evolución del conocimiento
En la era de la información y del conocimiento compartido, la arquitectura saludable se beneficia también de las aportaciones de otras áreas. Ámbitos de estudio como la neurociencia aplicada a la arquitectura o trabajos de campo de aplicación de la biofilia (diseño inspirado en la naturaleza) son solo dos ejemplos.
23. Sabiduría tradicional
No deja de ser curioso ver cómo, a medida que la ciencia avanza, realiza descubrimientos que avalan determinadas recomendaciones que llevan miles de años escritas en libros sobre técnicas de armonización energética, como el feng shui. El último caso ha sido la incorporación del gas radón en el CTE.