Las sillas que aparecen en este libro no son de uso cotidiano. Tampoco son las sillas más famosas del mundo. Pero todas, sin excepción, ocupan un lugar único entre el diseño y el arte. A veces están pensadas para sentarse en ellas, pero también, y lo que es más importante, exploran las posibilidades escultóricas de un objeto del que se tienen registros desde hace 5.800 años.
Este volumen divertido, sorprendente y generosamente documentado, permitirá al lector sumergirse por completo en el universo de las sillas o lo que es lo mismo: dar rienda suelta a su imaginación mientras descubre piezas desconocidas que, quieras que no, ya forman parte de la historia del diseño. Acompañado de ensayos que explican el origen de estas sillas modernas y contemporáneas, los textos también examinan su fructífera fricción entre arte y diseño y explican su significado en la vida de su coleccionista, Thierry Barbier-Mueller.
'The Spirit of Chairs'. Las sillas son, probablemente, los objetos de diseño más reverenciados y creativos de cuantos existen.
En el prólogo de este libro, su hija, Marie Barbier-Mueller, que no sólo entiende, sino que comparte la pasión familiar por coleccionar, afirmando que "una colección es un jardín que se cultiva a lo largo del tiempo. Es una obra de arte en sí misma, inesperada, moldeada por un individuo siempre a la búsqueda de un objeto trascendente". La afición por coleccionar viene de varias generaciones: ya el abuelo empezó a reunir obras de arte a la edad de 20 años, cuando la mayoría de jóvenes aún están conformando sus gustos. Al abuelo le siguió el padre, que voluntaria o involuntariamente, le transmitió lo mismo al hijo, Thierry, que a los 25 ya se había comprado su primer Baselitz.
Pero, ¿en qué momento aparecieron las sillas en la vida de Barbier-Mueller? Él mismo confiesa: "Al principio no pensaba reunir una colección. Ni siquiera recuerdo cuál fue la primera —¿fue una de André Dubreuil? ¿de Ron Arad? ¿De Tom Dixon, quizás?— pero sentí un impulso imperativo, y después de esa, vinieron todas las demás, como un hilo del que empiezas a tirar con curiosidad y cautela, luego con velocidad creciente, cada vez más rápido, y finalmente, con convicción. Ahora tengo, al parecer, unas 650 piezas". Abarcando diseños desde los años sesenta hasta nuestros días, la colección incluye obras de Ettore Sottsass, Pol Quadens, Shiro Kuramata y Maarten Baas, y piezas raras de artistas plásticos como Donald Judd, Niki de Saint Phalle, Lawrence Weiner y Franz West.
Compuesta en unos dos tercios por piezas únicas, prototipos u obras de pequeñas ediciones limitadas, la colección refleja este interés por los objetos atípicos, fuera de los nichos habituales del diseño industrial. A Barbier-Mueller le fascina sobre todo el objeto en sí, su singularidad y plasticidad, el humor que evoca o su rotundidad. No sé qué piensan, lectores, de esta acumulación materialista, pero dicen que no hay mal que por bien no venga, y el bueno de Thierry ha compartido sus tesoros en este libro llamado 'The Spirit of Chairs' y en la exposición ‘A Chair and You’, en el MUDAC, Museum of Contemporary Design and Applied Arts de Lausana, que acaba de terminar.