Las sillas Windsor surgieron en Inglaterra en el siglo XVIII y pasaron a la historia por ser de las primeras piezas piezas de mobiliario que se fabricaron en serie desde su concepción, atisbando la revolución industrial que estaba en ciernes. Tienen una característica muy especial, y es que su respaldo es independiente de las patas, algo nada habitual en las sillas de la época. A lo largo de los años, ebanistas y diseñadores han hecho sus propias versiones. La que hizo Frits Henningsen en 1938 es una silla de comedor de roble macizo con respaldo alto y brazos que esconde muchos desafíos artesanales ya que emplea técnicas diferentes.
Ebanista y diseñador
La FH38 Windsor Chair de Frits Henningsen estuvo en producción continua en Carl Hansen & Søn hasta 2003, y ahora se relanza con un cómodo cojín de asiento. Majestuosa, clásica y de expresión ligera, responde a la concepción que Hennnigsen tenía de su trabajo, en la que la faceta artesana ocupaba un lugar preponderante. Desde su propio taller de fabricación de muebles en Copenhague, en el que se rodeó de un equipo de expertos ebanistas, se inspiró para sus creaciones en el contacto con los clientes, aprovechando sus conversaciones diarias para entender mejor sus necesidades y aplicarlas directamente al proceso productivo.