Si sigues estos consejos, tendrás la iluminación perfecta en cada rincón de tu casa

El concepto Smart Lighting o iluminación inteligente suele asociarse a la domótica y la eficiencia energética. Sin embargo, para Michela Mezzavila, lighting designer de ReMM, el concepto tiene que ver con la percepción de una iluminación cercana a lo que la Naturaleza nos propone. “Debemos ir en búsqueda de una iluminación inteligente conectada al ciclo circadiano de la luz solar”.

Aunque más constreñidos por la estandarización de sus dimensiones, los mecanismos también pueden aportar un plus de estética al espacio, desde la belleza esencial de la serie 100 de Simon hasta la elegancia suntuosa del latón satinado, uno de los numerosos acabados de la colección Bridge, de Fontini. Y si lo que se busca es funcionalidad añadida ¿por qué no optar por un sistema abierto como Gira Plug & Light, en el que las lámparas se acoplan a la base de enchufe de luz mediante un imán, o incorporar conexiones USB, como el enchufe 2USB easyCharge DUO, de Smarter Living? En la fotografía, lámparas Le Vita de Nahtrang Studio para Faro. 

Frente a la nítida distinción que había entre fuente de luz y pantalla en el caso de las bombillas incandescentes y halógenas, el LED permite una mayor libertad formal porque gracias a su tamaño reducido puede integrarse mejor en el diseño de la luminaria. En el modelo Guise de Vibia, la luz parece emanar de la propia pieza de vidrio, mientras la fuente lumínica permanece invisible.

En espacios reducidos, o cuando no se quiere recargar el ambiente con varias fuentes de luz separadas, se puede recurrir a luminarias capaces de suministrar dos tipos de iluminación. El modelo Nymåne, de Ikea, dispone de una rejilla superior que dirige la luz hacia lo alto y difunde una buena iluminación general, mientras que la rejilla inferior irradia una luz suave sin destellos hacia abajo.

La complejidad de un proyecto de iluminación que debe poner en juego todos los parámetros del diseño –eficiencia energética, tipologías de luz, creación de atmósferas, control domótico...– aconseja recurrir a especialistas. Este trabajo, que históricamente había sido asumido por interioristas y arquitectos, hoy lo llevan a cabo los lighting designers. 

Al contrario de la luz direccional, que proyecta un haz concentrado sobre una zona, la luz difusa baña uniformemente el espacio, creando contrastes suaves en zonas poco iluminadas. Se consigue con lámparas de pantallas traslúcidas, como la IC Lights de la foto, de M. Anastassiades para Flos. En la otra página, el modelo Dipping, de J. Canudas para Marset.

Hay que hacer caso a un experto como el diseñador Toni Arola cuando abomina de la luz general y aboga porque la noche parezca noche. Al superar la vieja dicotomía entre fuente de luz y lámpara, el LED también ha supuesto una revolución en el diseño tanto de las luminarias como del propio espacio arquitectónico, potenciando el juego formal y la vertiente poética de la luz.

La luz LED también se integra en las lámparas de toda la vida, como en el modelo The Palm, de C. Cubiñá para Almalight. Una lámpara típicamente de araña actualizada para adaptarse a los nuevos tiempos y a los nuevos espacios.