Chillida no hubiese dudado en comprar el nuevo sillón de Patricia Urquiola para Moroso
La diseñadora se ha inspirado en la vocación arquitectónica del artista vasco a la hora de crear para la firma italiana Ruff, un solemne y escultórico asiento sobrado de personalidad.
Patricia Urquiola experimenta con la geometría binaria en el sillón Ruff.
"Puedo operar en muchos campos diferentes, pero la afinidad con el arte, y lo que todas las diferentes formas de arte tienen en común, es que se ven obligados a ofrecer dos componentes que no pueden faltar a la vez: poesía – tienes que tener poesía – y construcción. De lo contrario, no se obtiene arte", llegó a escribir el afamado escultor vasco Eduardo Chillida. Estas mismas palabras parece que han calado muy hondo en una de nuestras diseñadoras patrias más reverenciadas en el mundo. Hablamos de Patricia Urquiola, quien acaba de mostrar su último sillón para la firma Moroso, bautizado como Ruff.
La última novedad de la firma Moroso destaca por sus envolventes y grandes reposabrazos.
La asturiana durante los últimos años ha creado todo tipo de piezas de mobiliario para la marca italiana. Sin ir más lejos, el pasado año los escultóricos sofás y sillones Gogan llevaban su personal impronta. Y en este Ruff que ahora nos ocupa, sin duda, Urquiola vuelve a aunar grácilmente el mejor diseño con la vocación arquitectónica característica de Chillida, ya que el autor del Peine del Viento ha sido la mayor inspiración para concebir este asiento igual de cómodo que solemne.
Ruff, más allá de su carácter escultórico, es un sillón funcional y muy cómodo.
Ruff le ha servido a Urquiola para experimentar con la geometría binaria, ya que como puede apreciarse en las imágenes combina tanto líneas rectas como curvas de una gran belleza para, ante todo, crear un sillón de lo más funcional y lleno de personalidad. Esto último puede apreciarse claramente en los amplios reposabrazos que se encuentran a los lados de la sección del asiento y que, a pesar de sólo tener una articulación, envuelven como si de un abrazo se tratara a quien se siente en él. Ruff, dadas sus características, además es muy versátil: no solamente puede quedar como anillo al dedo en el hall de un moderno hotel, sino también en cualquier salón que se precie. Seguro que Chillida, de estar vivo, no hubiese dudado en comprar uno para su casa.