Marrakech, la antigua ciudad imperial de Marruecos, cautivó al fotógrafo de moda neoyorquino Randall Bachner desde su primera visita en 2010 hasta el punto de que en 2013 abrió una tiendecita en la medina, donde diseñaba y producía sus propias creaciones. Así, de un modo orgánico, la firma de moda Marrakshi Life fue cobrando vida. Él es el director creativo y con él trabajan artesanos marroquíes que conocen bien el oficio: el algodón se tiñe, hila, procesa, corta y cose en el taller local. El trabajo se hace a mano, pues Randall considera que sería una traición a los artesanos del país hacerlo de otro modo.
Claves de estilo
Todas sus prendas –camisas extragrandes, caftanes y vestidos estilo tuareg– son muy fáciles de usar: holgadas, vaporosas y con reminiscencias de piezas clave del guardarropa marroquí. Son los tejidos y el uso de una paleta de colores escogida los que modernizan las piezas. De su última colección Primavera-Verano 2022, en la que se imponen los degradados de color, comenta que "crear estas suaves transiciones de tonos análogos requiere una increíble cantidad de técnica, pero el efecto relajante que producen resalta las habilidades y el talento del taller. Ya sea en la costa o en la montaña, la paleta de colores de temporada siempre se relaciona con una ciudad de Marruecos". Otra de las características de sus prendas es que son andróginas: están creadas para personas que aman la naturalidad por encima de géneros.