Un hotel a ritmo de bossa nova
Frente a la playa de Copacabana, la arquitectura del hotel Emiliano, de Arthur Casas, conecta a los huéspedes con la efervescencia carioca
La visión desde la piscina es una de las grandes experiencias que ofrece el Hotel Emiliano
Angels Manzano
Periodista especializada en decoración y diseño interior
Rio está ubicada en un enclave geográfico espectacular, lo que sin duda ha propiciado que la arquitectura desplegada en el Hotel Emiliano se rinda a su encanto natural. El arquitecto Arthur Casas, en colaboración con Chad Oppenheim, ha diseñado un edificio que prioriza las vistas de la espectacular playa de Copacabana y la brillante luz natural que ilumina la ciudad carioca. De esta prioridad surge su original fachada, recubierta con blancos paneles perforados, cuyas formas se inspiran en las curvas que dibuja el paisaje. Una solución que, además de ser un logro estético que da identidad al edificio, consigue aportar intimidad a las habitaciones sin obstruir la luz ni las vistas.
En cuanto a los interiores, diseñados por Arthur Casas, remiten al fértil modernismo brasileño. El panel expuesto en la recepción del hotel, del artista y paisajista Roberto Burle Marx (autor del paseo marítimo de Rio), sirvió como inspiración inicial para Arthur Casas al diseñar cada uno de los ambientes. Las telas y texturas de los muebles del vestíbulo y del dormitorio fueron elegidas entre los tonos verdes de la obra, que rinde homenaje a la Naturaleza de la Bahía de Guanabara.
Toda la decoración del hotel tiene elementos que ponen en valor los tiempos dorados de la Copacabana bohemia con muebles de diseñadores de renombre de los años cincuenta, como el carioca Sergio Rodrigues, y de diseñadores contemporáneos, como la italiana Paola Lenti o el mismo Arthur Casas. El paisajismo aparece en los interiores a través de jardines verticales, donde el abundante verde reproduce la sensación de bosque atlántico y abraza el restaurante.
En la azotea, donde se encuentra la piscina, los huéspedes pueden nadar doce pisos por encima del nivel del mar sin perderlo nunca de vista, lo que supone una de las grandes experiencias que ofrece este hotel de cinco estrellas. Los materiales desplegados son 100% brasileños, en sintonía con el concepto que ha alumbrado todo el proyecto: paja natural, madera de roble blanco, mármol blanco de Paraná, granito y piedra. Sus noventa habitaciones se distribuyen en once pisos, y cuenta con gimnasio, spa, sauna y un restaurante y un salón privado que se abren a patios separados donde la vegetación tropical que trepa por sus muros crea un ambiente único. El bar, en la planta baja, invita a locales y turistas a disfrutar de una copa en este entorno que se suma a los muchos encantos de Rio.