Si creían que la gastronomía era uno de los últimos reductos de los placeres puramente físicos, del gozo sensorial ligado exclusivamente a manipular los ingredientes con las manos, apreciarlos con el olfato y saborearlos con el paladar, andan equivocados, a medias. No es que toda esa exaltación de los sentidos corpóreos haya desaparecido, ni mucho menos; es que el mundo virtual también tiene algo que decir en ese renacer del gusto por la buena cocina del que todos hablan.
Y es que, aunque para dar el toque final a un plato suculento todavía sea necesaria nuestra presencia y destreza en la cocina, hay tareas que podemos delegar perfectamente en la panoplia de electrodomésticos cada vez más inteligentes que la pueblan. Regular automáticamente la potencia de la campana extractora en función de lo que se está cocinando en la placa de cocción, poner en marcha el horno a distancia a través del smartphone para que el plato esté ya listo cuando regresemos a casa, o dejar que sea el propio frigorífico el que realice el pedido a la tienda cuando detecte que falta un alimento, son algunos ejemplos de trabajos para los que ya no hace falta nuestra supervisión personal.
Hasta hace unos pocos años, la cocina inteligente estaba relegada a pequeños electrodomésticos y accesorios que nos guiaban con ayuda de Apps o pantallas táctiles en cada paso de la preparación de recetas, desde la cantidad exacta de ingredientes hasta el tiempo y la temperatura adecuadas de cocción. Solo recientemente la incorporación de la conectividad wifi o bluetooth está abriendo un nuevo campo de posibilidades a la gastronomía doméstica.
Tanto en las últimas ediciones de las ferias tecnológicas (CES Las Vegas) como de las sectoriales (Eurocucina Milán), uno de los temas estrella ha sido la cocina conectada gracias al Internet de las Cosas (IoT en sus siglas inglesas), que permite el diálogo de los dispositivos entre sí y de estos con nuestros dispositivos móviles para crear un entorno digital fluido, cómodo y fácil de gestionar para el usuario. Para ello está resultando esencial, además de un posicionamiento estratégico, la alianza entre los fabricantes de aparatos y los desarrolladores de plataformas digitales relacionadas con la adquisición, gestión y preparación de comida.
Así, mientras que Whirlpool ha adquirido e integrado en gama de productos Yummly, una web que busca recetas basadas en los gustos particulares, Electrolux, Bosch y General Electric (GE) se han asociado con Innit, un servicio que ayuda en la trazabilidad de los alimentos desde su lugar de producción hasta la mesa de casa, y LG ha hecho lo propio con SideChef, una página y app que nos ayuda paso a paso en los platos que elijamos, con asistente de voz incluido.