Si Miró volviera hoy a su taller, lo encontraría tal y como lo dejó. O, al menos, esa es la línea en la que trabaja Francisco Copado, director de la Fundació Pilar i Joan Miró en Mallorca. "Que todo quede tras de mí como esté cuando yo haya desaparecido", expresó Miró en una entrevista a Georges Raillard en 1977. Y así ha sido: "Los visitantes pueden entrar en el taller y tener la sensación de que el pintor puede aparecer en cualquier momento", asegura Copado. Es uno de los muchos alicientes de visitar este espacio ubicado en la Fundació Pilar i Joan Miró de Mallorca, y que lleva el nombre de Taller Sert en homenaje al arquitecto que lo construyó.
Sert y Miró tenían amistad desde comienzos de los años treinta. Pero al pintor nunca se le hubiera ocurrido llamar a su amigo para pedirle que le diseñara su espacio de trabajo; era demasiado tímido. Fue la esposa de Miró, Pilar Juncosa, quien escribió en secreto una carta a Sert –quien por aquel entonces vivía en América–, y él aceptó encantado. Conocedor de la sensibilidad de Miró, mantuvo varias conversaciones con él antes de ponerse a trabajar en el proyecto, que completó a finales de 1956. Hasta tres años pasaron antes de que Miró finalizara una obra en su nuevo taller. El espacio, una inmensa nave vacía, le intimidaba. Pero poco a poco, y a medida que incorporaba sus objetos personales, se fue familiarizando con este espacio de trabajo. "Miró fue poblando su taller con un conjunto heterogéneo de elementos que conviven en perfecta armonía con sus utensilios de trabajo", explica Francisco Copado. "Telas, aceites, acuarelas, lápices, pinceles, cepillos o esponjas continúan relacionándose con postales, recortes de diario, elementos naturales como piedras, mariposas o conchas, u objetos de la cultura mediterránea como siurells", añade.
OBRAS MAESTRAS
Después de una respetuosa rehabilitación realizada en el año 2018, el Taller Sert muestra hoy, con cariñoso rigor, la forma de trabajar de Miró. Este es el lugar desde el que creó algunas de sus obras maestras. "Nos muestra un espacio a la medida del artista, donde la disposición de cualquier objeto conforma el universo personal de Miró", comenta Copado. Sert entregó a su amigo el mejor de los escenarios para que este pudiera manifestar toda su creatividad, a la vez que firmaba un espacio considerado un manifiesto de la segunda generación del Movimiento Moderno. El resultado de la suma de dos talentos brillantes.