Ya desde la fachada, devuelta a su revestimiento de piedra originaria del siglo XIX, se percibe la esencia de taberna clásica insuflada de nueva vida y aires contemporáneos, seña de identidad de AS Interiorista. "Nuestro objetivo es crear espacios únicos y con alma que reflejen la personalidad de cada cliente". Dicho y hecho. Casa Mories, a pocos metros de la Plaza Mayor de Madrid, es uno de esos locales con sabor añejo a historia que necesitaba un nuevo alma. Y Adriana Somoza y Caridad Tercero, o lo que es lo mismo, AS Interiorista, lo hicieron de una manera muy original: rindiendo homenaje al madrileño Lope de Vega, de forma que cada sala del restaurante se nombra con el título de una obra suya y cada texto corresponde a un fragmento de la obra que da título. Sublime.
"Casa Mories está enclavada en un lugar del Madrid histórico, testigo del Siglo de Oro español en el que florecieron las letras y el arte castellanos, y que coincidió con el auge político y militar del Imperio español. Lope de Vega era madrileño y uno de los máximos exponentes de esa época, por lo que nos pareció que se merecía un homenaje en forma de un interiorismo basado en él y sus obras".
El techo se Isidro se encuentra repleto de eucaliptos preservados, que otorgan un ambiente que conecta al usuario con la naturaleza, con lamparas de papel colgantes.
Foto: Paloma Pacheco / Fotografías Hoteles y Empresas
Las paredes se encuentran revestidas de microcemento, que otorgan un acabado rústico, integrando los azulejos originales del local. Para el suelo se ha diseñado un despiece en rosa y azul, dándole un toque de color al espacio. El restaurante consta de tres plantas, las cuales se han dividido en cuatro salones, cada uno inspirado en un poema de Lope de Vega,
Así, tenemos Isidro, "el nombre que se le da a la planta baja y acceso del local, inspirada en el poema que rinde homenaje a Madrid y su patrón, San Isidro Labrador. La planta cuenta con una barra de bar y un área de mesas altas a modo de salón informal de tapas, y donde llama la atención el techo repleto de eucaliptos preservados y lámparas colgantes de pared".
Isidro es el nombre que se le da a la planta baja y de acceso del local, inspirada en el poema de Lope de Vega que rinde homenaje a Madrid y a su santo San Isidro Labrador.
Foto: Paloma Pacheco / Fotografías Hoteles y Empresas
El Caballero de Olmedo es la primera planta, distribuida en bancadas tapizadas que cubren los alrededores y de las cuales nacen plantas de pampas, a las que se les ha añadido lámparas "diseñadas en forma de hoja de acero que recorren perimetralmente los asientos, creando un envoltorio natural".
A la sala sótano del local se le ha llamado El villano en su rincón, y en este espacio encontramos mesas redondas que pueden transformarse en cuadradas, proporcionando multifuncionalidad al lugar. "El salón se encuentra rodeado de una jardinera de acero corten también con hojas de pampa, así como lámparas de papel y acero junto a otras de cristal soplado de murano". Y la zona privada recibe el nombre de El acero de Madrid, que, a diferencia del resto, se encuentra revestida en ondulaciones blancas de las que nace una mesa de acero negro sobre la que se suspende una lámpara diseñada por el estudio en la misma tonalidad que el suelo.
Todo pensado para que el cliente se deleite en cada detalle y no abandone el local antes de que sea estrictamente necesario. Que ya lo decía una coplilla del siglo XVII, "Es Madrid ciudad bravía, que entre antiguas y modernas, tiene trescientas tabernas y una sola librería". Pardiez.