Cuando podamos salir de casa, sin duda, volveremos de cabeza a estos restaurantes Run Run Run, de Andrés Jaque (Madrid) ¿Un lugar para los amantes de la comida más saludable y que, además, cuenta con su propio club de runners ? A sabiendas de que tendremos que sociabilizar cara a cara con nuestros amigos y familiares y que, a su vez, cuando todo vuelva a la normalidad podremos practicar deporte en la calle, el Run Run Run en el madrileño barrio de Vallhermoso va a llenarse hasta los topes. El arquitecto Andrés Jaque, de quien más tarde volveremos a hablar, proyectó para la ocasión un espacio donde los mármoles conviven con resinas naturales y coloridos leds en este híbrido de restaurante, granja urbana y club deportivo pocas veces visto en nuestro país. Seamos pacientes, más pronto que tarde volveremos a sentarnos en sus divertidas sillas-ladrillo. Bunsen, del estudio Mesura (Barcelona) En el corazón del barrio Gótico de la capital catalana se halla Bunsen , una hamburguesería nacida de la creatividad del estudio Mesura. En su interior hay guiños a la arquitectura modernista de la ciudad (por ejemplo, en la barra circular de cerámica blanca que da la bienvenida a los comensales) y otros elementos propiamente barceloneses como los típicos pasajes de las calles colindantes. Todo, desde los muebles hasta las luminarias, es de la firma Santa & Cole, así que el buen gusto está tanto en las increíbles hamburguesas que sirven como en el diseño del propio local. Kento, del estudio Masquespacio (Valencia) ¿Vives en Valencia y sueñas cada noche con darte un buen atracón de sushi? Pues Kento es a dónde acudirás sin pensártelo. Este take away japonés (aunque también puedes comer in situ sentándote en uno de sus vistosos taburetes azul eléctrico), el tercero de la cadena, lleva la firma de Masquespacio, quienes utilizaron gresite de color gris en los suelos y en algunas paredes para dar un aire de lo más futurista, del mismo modo que listones semi-circulares de madera que dan la apariencia de un bosque de bambú. Cien metros cuadrados muy, pero que muy bien aprovechados. Tragamar, de Tarruella Trenchs Studio (Calella de Palafrugell) Literalmente puedes darte un homenaje en la playa de este pueblo de pescadores gerundense. El Tragamar es toda una institución de por sí en la Costa Brava, pero el pasado año, con motivo de su veinticinco aniversario, además sus propietarios no dudaron en llamar a Tarruella Trenchs Studio para que diera una lavada de cara al siempre frecuentado restaurante. Todo lo que hay aquí es puramente mediterráneo: desde sus deliciosos platos hasta sus muebles y elementos decorativos. Orvay, de Big Grup con diseño de Isern Serra y Sylvain Carlety (Barcelona) No hay mayor placer en la vida que tomarse un rico tentempié acompañado de una sabrosa copa de vino. Y ya no digamos si lo puedes hacer en una vinoteca tan moderna y especial como Orvay , en la Rambla del Born de Barcelona. Las lámparas de Flos y los taburetes de la firma danesa Menu cohabitan con sugerentes neones, paredes verdes que homenajean a los viñedos y muchas otras sorpresas que tienes que descubrir por ti mismo. Les Quinze Nits, de Pablo Peyra Studio (Barcelona) El interiorista Pablo Peyra y su equipo tienen buena parte de culpa de que el restaurante Les Quinze Nits , en el corazón de la Plaza Real de Barcelona, sea uno de los más concurridos por los turistas y los locales que quieren comer la mar de bien sin necesidad de fundir la tarjeta de crédito. El establecimiento, por si fuera poco, tiene diversos ambientes: uno en el que sobresale un mural de vegetación exótica, una segunda sala en blanco y negro y una tercera forrada con alfombras persas en tonos rojos. Soleo, de Isabel López Vilalta (Marbella) Nos vamos al sur, hasta la mismísima Marbella, para degustar los exquisitos platos marineros de Soleo . El restaurante, que en realidad es el beach club del hotel Fuerte Marbella, sorprendió a todos en su sesenta aniversario con una reforma a cargo de la interiorista Isabel López Vilalta. La decoración simula a un barco antiguo de madera a través de tejidos náuticos y estampados de rayas, aparte de con elegantes muebles de madera de iroko. El atardecer, en un marco como este, es mucho más que mágico. Y no, su carta no es tan cara como a primeras podría pensarse. Rómola, de Andrés Jaque (Madrid) Terminamos estas recomendaciones igual que cómo las empezamos, con Andrés Jaque. Rómola ha revolucionado Madrid, y con razón. Se trata de un café, panadería y restaurante que reivindica la figura de los artesanos que históricamente han convertido las cafeterías de la capital en espacios de una gran y heterogénea personalidad. El mármol brilla con luz propia, igual que sus bancos tapizados de cuero verde. Moderno y elegante, a partes iguales. Aunque mates el tiempo sacando al cocinitas que llevas dentro, sabemos que anhelas ese día en el que podrás salir a la calle y reunir en la mesa de un restaurante a tus más allegados. Ese momento llegará mucho antes de lo que crees, no tengas duda de ello. En estos tiempos excepcionales la paciencia es la mejor aliada, sí. Pero pensando en el futuro, desde la redacción de Arquitectura y Diseño hemos preparado una selección de aquellos locales gastronómicos en los que comeremos, brindaremos y, sobre todo, abrazaremos a las personas que más queremos tras estas semanas que hemos vivido en la soledad de casa. Todos estos lugares no solamente cuentan con el mejor diseño, sino también con unas cartas muy completas y con precios al alcance de todo el mundo.