Cada día florencen los cerezos en este restaurante de Shanghái

Los cerezos en flor o 'sakura' son los auténticos protagonistas de este restaurante, proyectado por el estudio Shanghai Hip-pop Architectural Decoration Design Co, en el que el comensal se sumerge en una auténtica experiencia sensorial

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Camarero tras barra iluminada en amarillo y parte inferior de metacrilato rosa. Suelos retroiluminados rosa y metacrilatos con motivos en rosa

El equipo de diseño de Shanghai Hip-pop Design ha creado una verdadera lluvia de sakura en el restaurante Omakase, en Shanghái, a partir de una estudiada secuencia de tabiques de cristal con motivos rosas combinada con detalles, mobiliario y un comedor privado dorados.

Vista general sala privada con escaleras acceso en tonos amarillos, suelo con fluorescencias en rosa

Distribuido en dos plantas, el restaurante envuelve a los clientes en una singular experiencia sensorial envuelta en un hipnótico resplandor rosa, gracias al suelo de cristal iluminado y a los tabiques de cristal con motivos rosas.

Interior sala privada en amarillo con ventanas horizontales, mesa cuadrada con asientos de obra a su alrededor

Junto a la entrada, un cubículo queda separado del resto del restaurante de dominante rosa, dando lugar a un comedor privado que apuesta por las tonalidades ambarinas y doradas.

Sala privada en amarillo, barra en amarilla, suelo con motivos rectangulares en rosa

Situada en la planta baja, la barra de sushi de gran capacidad se dispone en forma de L en la misma tonalidad dorada que el comedor privado y en contraste con los motivos rosáceos de suelos y tabiques.

Paredes con espejos y paneles de metacrilato con efectos rosas

El conjunto del espacio se concibe como un cuadro en el que cada comensal se convierte en parte del paisaje, en el que no pueden faltar, por supuesto, los cerezos en flor o sakura.

Zona de paso con paneles separadores de metacrilato con motivos de flores rosas

Tomando como punto de referencia al cerezo y el rocío, los pétalos y las gotas de agua se combinan en la diferentes secuencias de tabiques de cristal de una manera creativa, logrando unos efectos decorativos cristalinos.

Mesas y bancadas en amarillo, vajilla en rojo, paneles con motivos en rosa

Situado en el centro de negocios de Shanghai, Omakase ofrece kaiseki-ryori, que es una cocina japonesa de alta calidad, como también lo son cada uno de los detalles que visten el local.

Compartimentos en vertical con efectos amarillos frente a la dominante rosa en suelos y paramentos

El aislamiento del restaurante con respecto al exterior es total, hasta el punto de dejar de lado lo natural en favor de la teatralidad. Basta con un sutil juegos de luces artificiales y una puesta en escena con pocos elementos estructurales o de decoración para sentir una realidad onírica.

escaleras hacia nivel superior con paredes y suelo en amarillo, ventana de sala privada continua y acceso a ambientación rosa

El desnivel entre las dos plantas que conforman el proyecto se salva gracias a una angostas escaleras dorada, como representación poética de luz del sol, que sumergen al cliente hacia un viaje gastronómico.

Zona lavamanos baño con revestimiento en amarillo, mueble suspendido, espejo circular con iluminación indirecta

En contraposición a la visión más futurista y misteriosa que regala el conjunto del restaurante, la zona de aseo resulta neutra y serena, donde se impone la pureza de formas, las líneas depuradas y una iluminación sugerente e inspiradora.

El inicio de la temporada de sakura o florecimiento del cerezo se convierte en un importante fenómeno para los lugareños y cada vez más viajeros, ávidos de experimentar este bello fenómeno natural. Convertida en emblema de la cultura japonesa y de todo lo que representa, ha servido de inspiración al estudio Shanghai Hip-pop Architectural Decoration Design Co., con sede en Shanghái, para ambientar el novedoso restaurante Omakase de reciente apertura, situado en el distrito Xujiahui de Shanghái, a un paso del conocido parque del mismo nombre.

Situado en un edificio de principios del siglo XX, el restaurante Omakase, cuyo nombre hace referencia a un estilo de cocina basado en “lo que el chef decide ofrecer a diario”, ahonda en una propuesta culinaria basada en productos frescos, aquellos que el chef considere óptimos para sus creaciones culinarias. En este sentido, el restaurante ofrece kaiseki ryori, alta cocina tradicional japonesa de varios platos que tiene su origen en los platos que se sirven en la centenaria ceremonia del té. Tales premisas, han servido al estudio responsable del proyecto para crear un entorno acorde a la sofisticada oferta gastronómica. De ahí que el concepto tome como punto de partida el sakura o cerezo en flor cubiertos de rocío para materializarse en paneles de cristal rosáceos con motivos florales que distribuyen el espacio interior del local creando originales efectos decorativos. El suelo se compone de paneles de vidrio retroiluminados a juego, que dan la sensación de estar inmersos en una fantasía floral.

El restaurante se organiza en dos niveles. La planta baja cuenta con una barra en forma de L para comidas más informales y con un comedor privado, el Tatami Room, ambos decorados en tonos dorados, como representación poética de la luz del sol. Todo ello complementado con un espacio diáfano donde se juega con los reflejos y la iluminación partiendo de una dominante cromática rosa. Una escalera conduce al segundo, donde a modo de laberinto se van descubriendo las diferentes zonas privadas habilitadas para comidas más formales. Las particiones se hacen a través de paneles de cristal que reproducen los motivos florales ya vistos en la planta baja, logrando así crear un entorno lo suficientemente onírico y mágico como para huir de la realidad y sumergirse en todo un viaje sensorial e ingrávido aunque lleno de matices.

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