No querrás irte si comes en este restaurante renovado por Tarruella Trenchs
El estudio Tarruella Trenchs se ha encargado de renovar el mítico restaurante ubicado en el Muelle de Pescadores de Barelona, que el Grupo Olivé abrió en 1996.
Tarruella Trenchs Studio acaba de reformar uno de los restaurantes más míticos del Grupo Olivé: La Barceloneta. Abierto dede 1996, el espacio, ubicado sobre el Muelle de Pescadores, necesitaba una actualización que pasaba por mantener su esencia marinera sin que sus comedores perdiesen calidez y y funcionalidad. Estructurado en tres niveles, la planta baja acoge el vestíbulo de acceso, la primera planta el comedor y la terraza principal y la segunda planta los reservados para grupos, todos ellos conectados por una escalera principal.
Para la renovación, Tarruella Trenchs limitó el uso de la madera dejando únicamente la del suelo para introducir otros materiales que aportasen una mayor riqueza al local y depurar el espacio de attrezzo clásico para adquirir otros códigos marineros más contemporáneos y adecuados al momento actual. El vestíbulo mantuvo su forma original, simulando el interior de un barco pero aclarando las tonalidades. Se ampliaron los peldaños de la escalera que conecta con los pisos superiores y se colocó un colorido mural de cerámica inspirado en las banderas náuticas visible en todas las zonas del restaurante, de manera que el proyecto ganase en luminosidad y color.
En especial se ha trabajado de nuevo todo el concepto de atrezo y decoración aportando nuevos elementos que confieren una nueva imagen marinera más contemporánea, aunque gran parte del mobiliario se mantuvo retapizando y restaurandolos originales. El estudio ha colaborado con Carme Balada para desarrollar una colección de nuevos jarrones inspirados en elementos marinos así como con Claudia Valsells que ha creado 4 piezas que explican la historia geográfica de la Barceloneta basándose en su técnica y color.
El conjunto final resulta un espacio contemporáneo, luminoso y cálido, inspirado en la imagen de club náutico y que huye de la imagen clásica de chiringuito de playa no se corresponde con la calidad del producto gastronómico que el cliente puede disfrutar en el restaurante Barceloneta.