"Comprar Es Bec d’Aguila fue un sueño. Trabajar en una casa en ruinas, perdida en el campo y devolverle su personalidad e importancia fue una increíble experiencia personal que nos dio, además, la oportunicad de hacer algo por el patrimonio de Menorca”, nos cuenta Benedicta, la propietaria de esta mansión construida en el siglo XIX por una familia de comerciantes adinerados que la utilizaron como escapada de fin de semana.
Es Bec d’Aguila (el pico del águila en menorquín) se encuentra a corta distancia de las principales poblaciones de la isla y de sus preciosas calas. La casa tiene mil metros cuadrados construidos, con tesoros escondidos, como sus techos abovedados y azulejos cubanos, y está rodeada de jardines y tierras de cultivo. Es un alojamiento que permite disfrutar de la tranquilidad o de la compañía de otros, cuando se desea. Un lugar idílico para pasar unos días de vacaciones en el corazón de Menorca, inmersa en la Naturaleza, muy cerca de maravillosas playas, donde se puede practicar la navegación, gozar de buenos restaurantes y de las tradiciones inalteradas de la isla.
El objetivo de sus promotores es ofrecer a los huéspedes un descanso real de su vida cotidiana, un lugar donde puedan sentirse libres de presiones sociales o formalidades, mientras el personal se encarga de todo lo que puedan necesitar, incluida la preparación de deliciosas comidas y la organización de actividades culturales y deportivas. El equipo francés de arquitectos y diseñadores de interiores Atelier du Pont ha logrado convertir un gran espacio, antes austero y oscuro, en una hermosa, acogedora, luminosa y cómoda casa que desprende una atmósfera muy relajante.
El campo menorquín fue la mayor inspiración del proyecto de diseño, con sus casas de campo encaladas, su paleta de color verde grisáceo, plantas mediterráneas, muros de piedra y, por supuesto, la propia casa con sus influencias mixtas: elegancia británica, encanto francés, autenticidad española y toques moriscos. La carpintería, tanto la renovada como la nueva, se ha resuelto muy bien, al igual que las camas de piedra caliza, las encimeras y los espacios de almacenamiento que encajan a la perfección con el estilo balear.
Los suelos, de gran belleza, también han sido restaurados y siguen siendo uno de los rasgos más característicos de la casa. Los tejidos utilizados para cortinas y tapicerías fueron elegidos por Agnès Comar en colaboración con Atelier du Pont. Los maravillosos artesanos que todavía trabajan en Menorca realizaron la carpintería, la herrería y restauraron los mosaicos hidráulicos. Sin embargo, los grifos y enchufes, la iluminación, los electrodomésticos y todos los muebles y accesorios son de procedencia francesa, holandesa, británica, italiana, danesa y española. Todas las habitaciones tienen un buen tamaño, hay muchos anexos, espacios de estar y una preciosa piscina, para mantener a todos felices disfrutando de gran intimidad.