Resulta curioso que algunas de las manifestaciones más interesantes en el mundo del diseño no ocurran en las grandes capitales del mundo del progreso y la tecnología, esos lugares que a menudo decepcionan de tan asépticos que son. Es el caso de EDIT Napoli, una feria y un festival del diseño ligado a una ciudad como Nápoles, caótica, desordenada, decadente y chillona, al mismo tiempo que cargada de historia y de una belleza desorbitada que no deja a nadie indiferente.
Detrás de este proyecto, que acaba de celebrar su tercera edición, están Domitila Dardi y Emilia Petruccelli, que además de la feria han desarrollado un excelente programa de exposiciones bajo el nombre de Edit Cult. La feria en cuestión, con vocación netamente mediterránea, recogió el trabajo de diseñadores independientes, artesanos y pequeñas marcas reunidos en el complejo monumental de San Domenico Maggiore, una selección de muebles, iluminación y objetos que se desmarca de las rutas habituales del diseño y apuesta sobre todo por la pequeña producción, el vínculo con lo artesanal y el interés por lo local.
Muestra de la firma Forma&Cemento en EDIT Napoli. ©Serena Eller
Destacó el trabajo de marcas como Forma&Cemento, de Studio Irvine, que trabaja piezas de mobiliario en cemento coloreado, el de la firma Lithea que presentó una instalación creada por Elena Salmistraro llamada Pantelleria hecha a base de elementos de piedra o mármol en tonos pastel. También llamó la atención Belvedere, un proyecto conjunto del diseñador Luca de Bona con el fotógrafo Massimiliano Tuveri, piezas en madera con estampado de fotografías inspirados en el "vedutismo" decimonónico. El estudio Stamuli mostró la colección Tagada, que podría ser una más de entre todas las que últimamente se inspiran en la obra de Sottsass, pero la verdad es que sus proporciones y acertado uso del color la distinguen muy favorablemente. Lo mismo que la obra del estudio Finemateria, que enseñó unos peculiares asientos modulares realizados en capas de poliuretano de distintas densidades llamados CuttedClouds, algunas de ellas forradas en un tejido termosensitivo que se vuelve transparente en contacto con el calor corporal.
La sala Seminario con trabajos de jóvenes artistas y firmas. ©Serena Eller
Allí estaba también la sala llamada Seminario donde jóvenes menores de 30 años y marcas con menos de tres años de actividad mostraron sus proyectos, como los muebles de metal de Paul Coenen, de impronta geométrica, realizados en lámina de acero explorando las posibilidades de unas medidas que vienen impuestas por la industria o la intrigante colección de rotundos objetos de cristal transparente del danés Alexander Kirkeby. Hay que seguir viendo lo que hacen.
Exposición de Federico Pepe en el Museo Filangieri. © Francesco Squeglia
El programa Edit Cult nos descubrió increíbles lugares de la ciudad a partir de un itinerario de seis exposiciones. La muestra monográfica de Federico Pepe se llama Chest’é y está comisariada por Federica Sala, que ya nos tiene acostumbrados a estupendas exposiciones. Pepe es un creador que representa muy bien el espíritu del siglo XXI con una obra que toca muchos palos, que se alimenta de diversas fuentes y que se expresa de diversas maneras haciendo gala de ese difuminado de las fronteras entre disciplinas que enriquece y profundiza su trabajo. Artista, diseñador, gráfico... que tanto utiliza como herramienta la realidad virtual como la escayola y que, sin embargo, sorprendentemente le es fiel a sus colores cualquiera que sea el medio que utilice. La instalación en el marco del museo Gaetano Filangieri es toda una experiencia en la que se consigue que la riqueza del interior no engulla la obra.
El trabajo del diseñador gráfico y tipógrafo Anthon Beeke es objeto de otra muestra comisariada por Li Edelkoort (quien fue su pareja) y Charlotte Grün en el Archivio di Estato di Napoli. Una exposición muy emocional que analiza y agrupa por temas los libros, papeles, fotos, pósters y objetos que fueron apareciendo cuando, tras su muerte, Edelkoort empezó a poner orden en su estudio.
Exposición de Daniel Kruger en el Museo del Tesoro di San Gennaro. © Francesco Squeglia
Daniel Kruger es el objeto de la exposición del Museo del Tesoro di San Gennaro cuyo comisario es Marco Bazzini, mostrando dos aspectos de su trabajo con dos colecciones muy distintas, la vajilla de porcelana dedicada a María Callas y una serie de joyas llamada Amuletos.
Lámparas deStéphanie Moussallem en la Fundación Made in Cloister. © Francesco Squeglia
Cuatro lámparas diseñadas por la creadora de Beirut Stéphanie Moussallem para la ONG House of Today se mostraron en el claustro de la Fundación Made in Cloister. Las piezas realizadas en Nápoles con artesanos locales eran de madera lacada en color y con pantallas trabajadas con técnica de vidriera multicolor y detalles en coral. Espacio propio, el magnífico Teatro di San Carlo, tuvo también la nueva marca francesa que se precia de trabajar con artesanos italianos, La Manufacture, que mostró muchos de sus diseños producidos recientemente por un elenco envidiable de diseñadores entre los que se encuentran Michael Young, Luca Nichetto o Sebastian Herkner.
Proyecto 'Hybrida' de Patricia Urquiola para el Istituto Caselli - Real Fabbrica di Capodimonte. © Serena Eller
El proyecto estrella de esta edición de Edit Napoli ha sido Hybrida, el nombre que le ha dado Patricia Urquiola a su colección creada para el Istituto Caselli - Real Fábrica de Capodimonte. La exposición de esta colección de cerámica y porcelana muestra también todo el proceso de trabajo, los prototipos, los materiales utilizados para realizar las obras, desde elementos recogidos del parque circundante hasta esponjas, cuerdas o trozos de moqueta. Todo un ejercicio de yuxtaposición que casa lo natural y lo artificial además de resultar un ejemplo de cómo la excelencia de una artesanía centenaria puede trasladarse al siglo XXI de la mano de un diseñador con oficio y visión como es el caso de la Urquiola.