Volver a los juegos de mesa (1)
Inis
Cuando los juegos de mesa se limitaban al parchís y la oca, la llegada del Monopoly supuso toda una revolución, seguida, en 1979, por el Trivial Pursuit). Pero los años setenta serán recordados, sobre todo, por la aparición de los juegos de rol (como Dragones y mazmorras, en 1975), que alumbró la aparición de la tribu urbana de los frikis (o geek), y los juegos de mesa dejaron de ser «familiares», convirtiéndose en una barrera que separaba a padres e hijos. De vez en cuando surgían novedades que reconducían la situación, como Los colonos de Catán, en 1995 o, ya en este siglo, Aventureros al tren, que apareció en 2004.
Pero ahora, cuando los frikis de entonces se han convertido en padres, las familias vuelven a sentarse juntas frente al tablero, y los juegos de mesa y rol viven un momento de plenitud ya imparable.
El más popular de los juegos de conquista de territorios es, posiblemente, el Risk. Pero se creó en 1959 y el azar de los dados tenía un papel preponderante. Inis se creó en 2016 y se nota: el juego nos traslada a la Edad Media, a las leyendas celtas, pero el azar ya no es lo determinante, sino la estrategia.
Varios rivales aspiran a hacerse con el reinado y las luchas que se van a entablar recuerdan a Juego de tronos… Para ganar la partida hay tres caminos posibles: el liderazgo (tener más figuras de tu clan), la tierra (conquistando seis territorios diferentes) y la religión (construyendo santuarios a sus dioses). En Inis asumimos el papel de un jefe celta que acaba de llegar a una nueva tierra. Hay que erigir santuarios para la iluminación espiritual, construir ciudadelas para proteger a los clanes pacíficos y explorar los territorios de los alrededores. A medida que los clanes se expanden por el territorio y llegan a convivir, sus diferencias pueden llevar a enfrentamientos, que a menudo se resuelven pacíficamente, pero no siempre. Hay que demostrar capacidad de liderazgo, juntando clanes leales a tu causa, para que el Gran Consejo no tenga más remedio que otorgarte la corona.
Publicado en español el año pasado, las partidas son para entre dos y cuatro jugadores y duran, aproximadamente, entre la hora y la hora y media.