¿Por qué Victoria Beckham está redefiniendo los códigos de la moda?
Las propuestas de la ex Spice Girl son contempladas por los expertos en diseño con más seriedad de la que piensas.
La mayoría de los diseñadores se convierten en celebridades al capitanear famosas firmas de moda. Desde allí, van construyendo el personaje: Karl Lagerfeld, Marc Jacobs, John Galliano…
En el caso de Victoria Beckham, el tema ha sido a la inversa. Parece algo obvio y un argumento mediocre, pero tiene más importancia de la aparente en plena época Instagramera.
Sus desfiles se llevan lo bueno de la popularidad, con su familia completa en el front row, y los respectivos seguidores en las redes sociales, también (juntos suman más de 140 millones, ¡140 millones de personas pendientes de ellos!, ¿hay mejor campaña de publicidad?).
Para que nos hagamos una idea, Chanel y Gucci presumen de 39 millones, Dior de 30, Valentino, de 13, Hermès, de 9.
Lo creas o no, esto habla de la estrategia de la marca. Ninguna, ninguna, alcanza los 140 millones.
A ver, hay firmas que llenan sus primeras filas de famosos, el último espectáculo de Dior contó con Demi Moore, Cara Delevingne, Karlie Kloss, Carla Bruni, o Andie MacDowell. Pero la mayoría de ellas acuden bajo contratos previos.
Dicho esto: la fórmula Kardashian + West en la moda (ella sí llega a los 160 millones de seguidores), es el camino directo a ser viral. Ergo, a tener éxito de ventas.
Pero aún hay más, sus propuestas siguen la estela que dejó Phoebe Philo. La mayoría de las tendencias que la diseñadora sube a la pasarela, acaba convirtiéndose en dictado global, no en lo que muestran sus colegas de profesión, que también, sino lo que muestra la calle.
Con matices, Victoria Beckham continúa explorando su estilo práctico y versátil: jerséis con el cuello de la camisa -extremo- asomando (vistos en Lanvin, Loewe o Paco Rabanne), faldas midi, piezas de sastrería, y vestidos negros. Lo querríamos todo en nuestro armario.
Victoria (sólo con este nombre, ya sabemos de quien hablamos), ha desarrollado un don para poner en práctica su guía de asesoramiento. Es la mejor embajadora y el mejor reclamo, así que solo viste de su firma y completa todos los looks del día con un diez en elegancia.
Ella también es el ejemplo del cambio de la mujer sexualizada (escotes exagerados y silicona mediante), inaccesible y altiva; a la mujer independiente, moderna, segura de sí misma, divertida y, sobretodo, muy contemporánea.
Si miramos la forma en que combinó los abrigos de estilo crombie de tweed ingleses, abiertos sobre faldas, lo que veremos es un nuevo tipo de traje. Ese es el tipo de actitud pensada para resolver problemas de la que las mujeres se entusiasman. Beckham ha llegado a la etapa de su carrera en la persigue una dirección útil y ponible.
La capacidad de dar sentido a las complicaciones de la moda —hacer que parezca fácil, pero sin dictar uniformidad— es una habilidad que debemos reconocerle.
Sí, Beckham se da cuenta de las cosas, la sencillez es su arma, la industria la respeta y... ¡la adora!