Toda buena marca necesita una buena historia detrás. Pelotari Project la tiene, consistente en una tradición que se remonta siglos atrás y sus fundadores han traído hasta nuestros tiempos conservando viejos valores. La chispa que la creó fueron unas ilustraciones a color de jugadores de pelota vasca de principios del siglo pasado. Con su porte, los largos bigotes y unas prendas que, además de cómodas para la época, resultaban muy elegantes –vistas hoy–, a Laura Herrera y Raquel Rodríguez les surgió la necesidad de devolverlos a la vida. Profesionales de la moda, necesitaban al diseñador que reinterpretara esos atuendos y, poco a poco, enseñando primero un dibujo y luego otro para seducirlo irremisiblemente, ganaron para la empresa a Juanma Cabezón, quien venía de trabajar con Carlos Díez y de crear marca propia. En la ecuación quedaban dos tercios vascos, un tercio madrileño.
Tradición, precisión y resistencia. Sobre estos valores han jugado para crear, "de saque", tres chaquetas de diferentes estilos pero con muchos puntos en común. Son negras, un color que identifican con la masculinidad y el hombre moderno, el cual entiende la elegancia como sinónimo de discreción. Conecta también con la estética japonesa en cuanto a su despojamiento, muy en sintonía con cierta filosofía de vida vasca. Para garantizar la impermeabilidad y resistencia al viento, se han empleado técnicas como el corte al láser y el termosellado. En el peor día de galerna ni una sola gota de agua penetrará un paño importado de Italia y compuesto de 55% poliéster, 36% viscosa, 7% lana virgen y 2% de elastane. Es, además, transpirable –ayuda su cremallera trasera, propia de un cortavientos deportivo– y abundan los detalles de pura moda, como el asa del interior que permite llevar las chaquetas colgadas al hombro y su capacidad para doblarse sobre sí mismas hasta transformarlas en bolsos de mano. Al devolverlas a su estado original, no se apreciará ni la más mínima arruga.
La chaqueta Kaiku se inspira en la misma que usaban los propios pelotaris, con un cuello mao que aquí se cierra con un imán. La Kanguru se podría definir como un chubasquero, cuya capucha o txoto es de grandes dimensiones, a semejanza del que usan los arrantzales, esto es, los pescadores vascos. La Yaka, en la zaga, es la americana de Pelotari Project, marca que promete muchas más sorpresas en las próximas temporadas. La siguiente prenda en llegar será un chaleco que reinterpreta el que usan los harrijasotzailes, los levantadores de piedras, con un dibujo donde los ecos nipones están muy presentes. A la venta a través de su web.