Casi 50.000 personas en Instagram siguen el arte contemporáneo de Kevin Champeny. Este artista de Wisconsin, Estados Unidos, ha trabajado como escultor para grandes empresas como Warner Brothers, Disney, Lenox, Patron, Belvedere Vodka, Calvin Klein, Polo y DKNY. Incluso el propio Champeny afirma que creó "el modelo para el tazón de cereales que usaba el presidente Obama durante su mandato en la Casa Blanca".
Sin embargo, no fue hasta 2016, mientras trabajaba como mecánico en una empresa de aviación, cuando su arte fue descubierto y viralizado. Y no es de extrañar, ya que sus obras son grandes mosaicos que llaman la atención, pero que dejan sin palabras cuando te acercas, ya que entonces descubres que están fabricadas con miles de pequeñas piezas. Estas piezas van desde bombones de chocolate y osos de gominola, hasta pastillas, coches de juguete o flores.
Y aunque son tan realistas que parecen auténticas, se trata de piezas de piezas de resina de uretano hechas por el propio Kevin. Cuando empieza una obra, diseña todas las pequeñas piezas que va a necesitar, crea los moldes y va haciendo miles de piezas de distintos colores. Después las saca de los moldes y comienza el proceso de ir creando el mosaico. Además este material es bastante flexible, por lo que no se trata de obras que se rompan fácilmente.
Kevin trabaja en varias obras a la vez, y con cada una de ellas puede estar implicado entre seis meses y un año, algo más que entendible si tenemos en cuenta que sus obras pueden llegar a tener hasta 80.000 piezas integradas.
Muchas de las colecciones de Kevin tienen una intención o un mensaje de crítica detrás: "Creo un estilo de trabajo que difumina las líneas entre la fotografía, la pintura y la escultura. Quiero que mi arte abra una conversación para el espectador. Espero que las personas que descubran y vean mis piezas conecten sus propias experiencias con las decisiones que tomé al crear la obra".
Pero Kevin también tiene su lado tierno. Aunque puede hacer obras con pequeñas pastillas o armas, también ha creado retratos de mascotas, como este de Benjamin Button, uno de los gatos de Taylor Swift creado con guitarras, micrófonos, notas musicales, serpientes y gatos entre otros.