Oda al cuadrado en la muñeca

Rado ha hecho de la forma su principal razón de ser. La casa relojera se caracteriza por experimentar con formas y materiales imposibles de imaginar en otras firmas del sector. Fue esta compañía la inventora de los diseños cuadrados de cerámica de alta tecnología y, esta temporada, los acaba de reinventar con un innovador modelo que ha nacido destinado a ser la siguiente generación del icono de la marca.

El modelo se llama True Square y está fabricado con cerámica ultra pura de alta tecnología en negro, blanco y plasma. Suave, ligero y cómodo de llevar, cumple con todos los requisitos de Rado. Entonces, ¿qué diferencia a este reloj cuadrado? El secreto está en la tecnología. La firma ha conseguido crear una caja monobloque cuadrada utilizando su pionera tecnología de moldeo por inyección. El avance supone un paso de gigante respecto a Cerámica, su reloj cuadrado más emblemático. Lanzado en 1990, era negro, brillante y cuadrado y se obtenía la forma presionando la cerámica. Contribuyó a perfilar la personalidad de esta marca suiza que en los años se incorporó a Swatch Group.

Con el brazalete y la caja de cerámica de alta tecnología, su nuevo True Square ha nacido para convertirse en un icono duradero, diseñado para resistir el paso del tiempo, lucir en perfectas condiciones de por vida y acercarse a una nueva generación, que busca comprar menos, pero comprar mejor. “Es realmente la forma de lo que está por venir”, tal como explican desde la compañía que en los últimos años se ha apoyado en el diseño para definir su personalidad. La marca ha sido reconocida con más de 35 premios internacionales de diseño y también es la empresa creadora del concurso Rado Star Prize para jóvenes promesas. El diseño es la piedra angular de los numerosos relojes revolucionarios de Rado y forma parte de su ADN. La colaboración con el diseñador Jasper Morrison hace una década fue todo un éxito y desde entonces, la firma ha seguido asociándose a nombres (Konstantin Grcic o Leslie Chan, entre ellos) capaces de dar un nuevo sentido a un objeto tan tradicional como el reloj mecánico.