Este es el nuevo templo de las sopas reconfortantes en Madrid

Desde el bello logotipo en la entrada hasta el grifo de los lavabos, y desde luego hasta la apariencia de las sopas en sus cazuelas redondas, un hilo fino y firme de diseño recorre el pequeño restaurante Zuppa, en la calle de Atocha, en el centro de Madrid. El proyecto del estudio Plantea asume aquí las necesidades de la vida urbana actual, como comer al paso o llevarse platos a casa o al trabajo, pero en espacios bien elaborados, gratos tanto a la vista como al gusto. Zuppa suplanta un local anterior, y Plantea ha restaurado el escaparate original, que había sido alterado por propietarios anteriores, e instalado puertas pivotantes a medida, con marcos de hierro y madera contrachapada y tiradores de mármol.

El joven equipo de diseñadores ha sabido crear una ambientación de tonos claros con vetas cálidas y texturas de cualidades variadas: microcemento y madera contrachapada en suelos y paredes, y paneles de aglomerado en el techo. Una gran mesa común, de roble macizo y tapa de acero lijado, ocupa el centro del espacio, bifurcando el flujo de clientes que entran por las dos puertas a la calle, en horas punta. Dos bancos tapizados, empotrados, combinan con filas de mesas de acero lacado y taburetes de roble.

Quizá por la suavidad de los tonos y la esbelta geometría de los diseños, el Zuppa tiene un aire de liviandad, de una ligereza no rebuscada sino noblemente "buscada" a través de la reflexión sobre los espacios de uso público en una gran ciudad. Y la intensidad del Zuppa está nutritivamente concentrada en los platos; en los colores, sabores y olores de sus sopas.