Ya puedes comer (con muy buen diseño) en el CaixaForum Barcelona

El estudio Turull Sørensen firma un restaurante en armonía con el mítico edificio diseñado por Josep Puig i Cadafalch

El restaurante pretende aportar ese lugar donde reposar lo vivido en el museo.

El restaurante pretende aportar ese lugar donde reposar lo vivido en el museo.

Cristina Ros
Cristina Ros

Redactora de Arquitectura y Diseño

No hay nada más glamouroso que quedar para comer en un museo. Caixaforum estrena restaurante y no un restaurante cualquiera. Como no podía ser de otra forma, dado el carácter exquisito del museo, el nuevo restaurante de Caixaforum es un establecimiento tan apetecible en su gastronomía como en su diseño. Un diseño que corre a cargo de Turull Sørensen.

Si quieres rodearte de belleza mientras comes; si te entra hambre entre exposición y exposición, o si quieres sorprender a un amigo con un sitio diferente, el restaurante del Caixaforum es tu nueva cita.

Gastronomía en un entorno cálidamente sobrio.

Gastronomía en un entorno cálidamente sobrio.

El estudio tenía un reto ante sí: trasladar el mismo nivel experiencial de calidad y confort que la que proporciona una visita al Centro Cultural y Social Caixaforum Barcelona. No sólo por el disfrute de sus exposiciones, sino también por la ubicación, la emblemática fábrica Casaramona, un edificio de estilo modernista de 1913 del arquitecto Josep Puig i Cadafalch.

Solo entrar por la puerta, tenemos la oportunidad de seguir hojeando los catálogos de las exposiciones temporales del museo. En el interior, la sensación de galería se mantiene con una serie de bancadas y mesas sobre las que exponen carteles impresos sobre telas de exposiciones anteriores, a modo de cuadros.

Los detalles del interior hacen un guiño al pasado modernista del edificio.

Los detalles del interior hacen un guiño al pasado modernista del edificio.

En el restaurante, los arquitectos han buscado revalorizar el carácter y personalidad del edificio. Los arquitectos han potenciado la verticalidad y ritmo de las fachadas, poniendo aún más en relieve los pilares de hierro, cerchas y bóvedas, características del edificio, rindiendo, de esta manera homenaje al gran Puig i Cadafalch.

Para dar respuesta a la variedad de usos que adquiere el restaurante a lo largo del día, han generado cuatro puertas correderas automáticas que, ocultas tras las paredes, aparecen y dividen el espacio según las necesidades.

Las terrazas se sitúan a ambos lados del edificio, generando un filtro vegetal de separación, más fresco y amable con las calles adyacentes. Las ventanas con vistas a las terrazas se convierten en un marco a un pequeño jardín interior de Casaramona.

La idea era trasladar la sensación de confort que se ha creado en el museo.

La idea era trasladar la sensación de confort que se ha creado en el museo.

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