El diseño sigue el lenguaje visual delineado por la década de Phoebe Philo en la dirección creativa. Así, nos encontramos con un ambiente centrado en el color, la textura, el contraste y las líneas limpias.
El gran espacio de Celine, yuxtaponiendo diferentes tramas y ángulos, está demarcado por tabiques intersectados, vigas de acero de carga, y una pantalla de resina translúcida en rosa.
Las prendas formas parte del interiorismo.
Con toques de color y formas inesperadas, el suelo incorpora ocho tipos diferentes de mármol entrelazados con vidrio hecho a mano y piedras semipreciosas, creando patrones con matices e intensidades fluctuantes en toda la tienda.
Para reflejar aún más la dedicación de Celine al buen gusto y al diseño artesanal, se implementaron detalles artísticos como parte de una colaboración con el artista danés FOS -también conocido como Thomas Poulsen- incluyendo manijas de hierro fundido en las puertas, lámparas doradas, un asiento de concreto, un candelabro, una mesa de acero y espejos de pie.
El suelo marca la diferencia.
"¿Qué hace que una pieza de arquitectura o diseño sea única? Este es siempre mi punto de partida como fotógrafo. Ambos se experimentan cada vez más a través de pantallas y revistas, por lo que creo que es más imperativo que nunca crear imágenes que les den vida, y que hablen de sus cualidades especiales", defiende Paul Riddle.
"Mucho ha cambiado desde que empecé, en 1999, pero mi viaje pre-digital todavía influye en la manera en la que trabajo actualmente, con un enfoque artesanal en cada composición", continúa.
Los conocimientos de Riddle están en cada una de las fotografías.
La casa de moda francesa tiene su origen en una tienda de zapatos para niños al comienzo de la II Guerra Mundial. Sin embargo, no fue hasta 1969, que Madame Céline Vipiana y su esposo se endiosaron en el universo del prêt-à-porter, pensado por y para la vida real.
Micahel Kors, Roberto Menichetti, Ivana Omazic… son algunos de los nombres que han liderado la firma tras la muerte de su fundadora, bajo la batuta del grupo LVMH. No obstante, fue en 2009 cuando Phoebe Philo -aplaudida por su trabajo en Chloé- se puso al frente de Celine y la colocó en una de las firmas más deseadas del mundo.
La pantalla de resina translúcida en rosa.
En cierta manera, este interior del número 103 de la calle Mount Street es un homenaje a esa época dorada.
Hoy, Heidi Slimane es el director artístico, creativo y de imagen de Celine, modificando la limpieza de las líneas por su conocida nostalgia y amor por el rock & roll.
Pero no nos engañemos, Celine siempre será Philo y, Philo (ya en la distancia) siempre será Celine.
El mostrador es magestuoso y minimalista a la vez.