Dice Gabriel Escámez, fundador de Cobalto Studio, que su nueva sede en Barcelona, ubicada en una antigua instalación industrial de los años cincuenta que ocupa mil metros repartidos en dos plantas, surgió de la reflexión en un momento vital: "En esta nueva etapa hemos sido mucho más conscientes del tiempo y esfuerzo que se pasan en el estudio. Guiados por la comodidad decidimos proyectar un ambiente técnico que permitiese crear de un modo espontáneo y asertivo, y a la vez nos acogiese como lo que es: un segundo hogar en el que destinar horas y vivencias". Por eso, en la nueva sede han querido equilibrar el brutalismo de las texturas que descubrieron en un proceso de depuración y de resta de lo innecesario para llegar a la esencia del lugar –suelos de hormigón, muros de ladrillo, bovedilla catalana– "con gestos de mobiliario e iluminación más suaves, para crear una ambientación confortable", explica Escámez.
Las zonas de trabajo, bañadas con la luz natural que procede de lucernarios y muros de pavés –parte del espacio lo ocupa un patio que fue cubierto en los años sesenta– se combinan con otras áreas de sofás donde los once integrantes del equipo pueden relajarse. Incluso cuentan con una cocina con horno para quien quiera aprovechar la cercanía de un mercado y cocinar su propia comida. Así da gusto.