Noé Duchaufour-Lawrance diseña una vajilla con mucho carácter

En sus primeros tiempos, cuando todavía era estudiante, el diseñador francés Noé Duchaufour-Lawrance hizo sus incursiones en el mundo de la escultura; le interesaba hacer cosas con sus propias manos e infundirles un cierto toque humano, de acabado de aspecto algo tosco e inacabado.

De alguna manera, este toque sigue presente en muchas de sus creaciones, en particular en el último trabajo realizado para la manufactura francesa Revol, fundada en la zona de Drôme en 1768 y que cumple ahora su 250 aniversario. La colección, que une tradición y modernidad, se llama con mucho acierto “Caractère”. Se trata de un servicio de mesa realizado en porcelana cuyo diseño tiene su origen en el dibujo hecho con carboncillo de un elemental círculo realizado a mano por el propio diseñador.

El diseño salido de este dibujo conserva sus casi imperceptibles irregularidades e imperfecciones de las que él siempre ha sido fan y que justamente aportan el carácter a esta colección y no le restan un ápice de elegancia elemental. Para él ha sido un modo de enfatizar la presencia del círculo, un motivo que por otra parte ha estado tradicionalmente asociado al arte de la mesa, y que adquiere en esta colección presencia y reafirmación a través del contorno negro del borde de las piezas que se deja sin esmaltar y por donde asoma la oscura pasta de la porcelana.

Los cálidos tonos de color elegidos para el esmaltado de las piezas son suaves, delicados, empolvados. También llevan el elocuente nombre de las especias a las que se asocian: menta, canela, nuez moscada, cardamomo, tonka, y cúrcuma. Platos de cuatro diámetros diferentes, un par de bandejas ovaladas y algunos vasos son las piezas clave de esta vajilla sin pretensiones que seduce por lo escueto del diseño y las similitudes estéticas relacionadas con el mundo de lo artesanal, imbuido éste por su espíritu tan cercano como cotidiano, que huye de artificios y nos acerca a un modo de vida marcado por lo espontáneo y lo natural.