No te imaginas los materiales que utiliza este escultor español para sus piezas
Cheques viejos y billetes de lotería caducados son algunos de los materiales con los que Justino del Casar da forma en su taller de Valencia a objetos inspirados en el cuerpo humano.
Piezas de la colección Tibor Roca. Sobre estas líneas, en el centro, vasija Tibor Borinot
Aunque estudió en la escuela de artes y oficios de Toledo, y más tarde en la de Madrid, Justino del Casar (Fuensalida, Toledo, 1971) trabajó durante más de una década como decorador para Diego Rodríguez, vivió en Nueva York y al volver a España decidió dedicarse a su pasión de siempre: la escultura. "Me vine a Valencia y trabajé en las Fallas hasta que rebajé la escala", bromea.
Justino del Casar junto a su ánfora Charta Vas. Derecha, en primer plano, frutero Negro Pudinga y cuenco Espuma Rosa y, detrás, cuenco Espuma Negro Pudinga
Tras aprender la técnica con los maestros falleros, e instalado en su estudio en la ciudad del Turia, transforma cheques y cartillas bancarias en desuso, billetes de lotería descartados y exámenes de filosofía del instituto donde enseña un amigo en ánforas y esculturas inspiradas en el cuerpo humano y en los insectos. "Busco dignificar y resignificar lo que en su día tuvo valor", explica.
Obras de Justino del Casar
Él mismo ha desarrollado un método: exprime el papel, lo convierte en una masa compacta, cierra sus poros, lo encera y lo lija hasta conseguir un material que se seca al aire durante semanas. "Es un proceso lento y artesanal que genera una textura extraña, entre la madera y la piedra". Son objetos de formas orgánicas que es "necesario tocar", asegura. "Soy muy pesado y perfeccionista, y he dejado muchos ‘cadáveres’ por el camino en mi empeño por aprender".
Su proceso creativo “genera una textura extraña, entre la madera y la piedra”
Aun así, y a pesar de que hace solo tres años que se dedica en exclusiva a esculpir, ha expuesto en la prestigiosa galería milanesa de Rossana Orlandi y le llaman de EE. UU. o Asia para reclamar sus piezas silenciosas y únicas que tienen algo (mucho) de primitivo, y que desde luego no se quedan en papel mojado.
Ánforas, esculturas y estudios del toledano