Alba se trasladó a Madrid para estudiar Diseño de Moda en el IED, pero unas fotografías que le tomó una amigo, enviadas en el momento y a la persona correcta, hicieron el resto.
La historia no iba de altura (mide poco más de 170 centímetros), de cánones estéticos (nunca se maquilla), ni siquiera de moda (aunque ha sido imagen de firmas como Loewe o Louis Vuitton). Iba de personalidad, de mensaje y de sensibilidad.“Feminista real y salvaje chica de provincias”, así es como se describe en su perfil de Instagram. Lejos de la influencer de turno, allí muestra lo que le hace feliz: despertarse con legañas, su familia, bordar y las sencillez bien entendida. Porque, seamos sinceros, llega un momento en que pensamos que no podemos creernos nada de lo que vemos en la red, sin embargo, lo que uno quiere enseñar o esconder, sí habla de lo que es. Todo esto es lo que nos cautiva y lo que ahora esperamos ver en su vivienda, explicada por ella misma.
Los libros son el objeto que define a Alba Galocha, y posee una selección cuidada que incluyen a Helmut Newton o a Leonard Cohen.
Tienes treinta años, pero pareces más joven, ¿cómo era tu habitación de adolescente?
No era muy grande, nos mudamos de un chalet en el Milladoiro a un piso en Santiago de Compostela cuando cumplí trece años. Tenía un armario, una cama y una cómoda, poca cosa. Recuerdo esa casa con especial cariño. Y es que mi habitación y las de mis hermanos estaban en una parte apartada del resto, lo que nos daba mayor intimidad o libertad. O esa es la sensación que me viene ahora.
Luego, has viajado mucho, ¿en cuántas casas has vivido?
Buf… creo que doce. Y eso sin contar los pisos de modelo, pisos en los que he pasado de uno a tres meses, durante periodos intermitentes por trabajo.
Nos pica la curiosidad, ¿qué características se mantienen en todas ellas?
Los libros. En cada mudanza hago limpieza pero hay algunos que se han convertido en compañeros de vida y me han ido siguiendo de una casa a otra.
¿El libro es el objeto con el que te identificas?
Sí, ¡jajaja! Y también los recuerdos: piedras, conchas, ramas de flores secas… Durante esta cuarentena estoy pasando mucho tiempo con la parte exterior de un ajo.
Esta fotografía tan intimista es obra de Galocha. Y es un simple ajo.
La imagen es preciosa. Solo alguien introspectivo puede ver la belleza en un ajo. ¿Cuánto habla tu casa de tu universo creativo?
Mucho, creo que en cuanto entras en mi casa entiendes que es mi casa, ya te digo que está llena de cosas; jarrones, arte de mis amigos y artistas que me gustan, de exposiciones que he visitado, varios de mis trabajos, cojines bordados y muchos libros.
Mmm… Artistas. ¿Con cuáles te quedas?
Louise Bourgeois, Yayoi Kusama, Jenny Holzer, Kandinsky, Sonia y Robert Delaunay. Y más actuales o cerca de mi generación: Ines Longevial, Eloy Arribas, Caroline Denervaud, Iván Forcadell o Maria Pratts.
"Tengo mucha suerte de vivir en nuestra casa", reconoce Alba.
¿Y diseñadores del s.XX o s.XX?
Patricia Urquiola me gusta mucho, Nathalie du Pasquier, Jean Prouvé y los Eames. ¡Ah! Y creo que es el sitio para hablar de este libro “Lina Bo Bardi por escrito”, es una recopilación de artículos, ensayos, que escribió sobre la modernización de la arquitectura, cuando el hogar se convirtió en algo práctico y funcional. He aprendido mucho con él.
Estos días, estamos descubriendo otras realidades, ¿cómo estás viviendo la cuarentena?
La verdad que estas dos últimas semanas muy bien, siento que ya me he acostumbrado y tengo una rutina de trabajo bastante similar a la que tengo cuando voy al estudio. He conseguido concentrarme y empezar un proyecto que hace que las horas vuelen, así que estoy bien.
La casa de Alba es como ella, ecléctica y cero minimalista.
¿Has cambiado algo en tu vivienda para adaptarte a las circunstancias?
Está todo mucho más ordenado que antes, o por lo menos me da esa impresión. No la hemos cambiado mucho pero, desde que cogí el estudio, ya no usábamos tanto la mesa de trabajo, por ejemplo. Ahora es el centro, donde más tiempo pasamos. También limpiamos la terraza, que es verdad que no solemos dedicarle mucho tiempo, y arreglarla y adornarla un poco es lo que más me apetece hacer cuando termine la cuarentena. Comprar plantitas, conseguir que no se me sequen… esas cosas.
¿Qué condiciones necesitas en tu espacio de trabajo?
Me gusta empezar a trabajar y que todo esté limpio y ordenado, en su sitio.
¿En qué zona de la casa pasas más tiempo?
Estos días en el escritorio y en la cocina, he descubierto que cocino muy bien, siempre me había dado pereza y ahora le estoy cogiendo el punto a invertir una hora o dos al día en ello.
¿Y hay algo que detestes en un hogar?
No creo que sea algo que deteste ni que evite, si no que me sale de forma natural. Los sitios vacíos, asépticos, sin voz… tiendo a llenarlos de elementos que me hagan sentir hogar. Una muestra: lo primero que hago al llegar a una habitación de hotel es deshacer la maleta o la mochila y hacerla mía, ya sea por una noche o unos días.
¿Qué valoras y buscas en una casa?
La luz es un regalo y me alegra la vida. Estos días valoro más que nunca el tener luz en casa.
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