Un reloj para fans de la arquitectura minimal
El diseñador británico Samuel Wilkinson es el autor de esta línea de relojes para la joven marca Nomad.
En el mundo de la relojería hay opciones para todos los públicos, desde modelos tourbillon rebosantes de complicaciones mecánicas hasta joyas del diseño contemporáneo como el Chronoscope que el polifacético Max Bill, alumno de la Bauhaus, concibió para el fabricante alemán Junghans. El recargado barroco frente al más depurado minimalismo. Dentro de esta última línea se sitúa el lanzamiento de la nueva colaboración entre el diseñador británico Samuel Wilkinson y la también joven marca relojera, con base en Escocia, Nomad.
La colección Line se compone de dos relojes concebidos para el uso diario, el Inline y el Outline, en los que horas, minutos y segundos se dibujan en dos distintas composiciones: en una, las marcas de tiempo se alargan desde la esfera hasta donde llegan las agujas; en otra, se acortan, dejando un espacio en blanco entre bisel y marcas. En ambos casos, el fondo puede ser o blanco o negro.
La percepción global es así de discreción y elegancia, y desde luego de menos radicalidad que el anterior y primer modelo de Nomad, el reloj Mòltair, en el que el protagonismo se lo llevaban las gruesas agujas de la hora y los minutos. Con él se dio a conocer la marca escocesa en el pasado London Design Festival, de nuevo de la mano de Wilkinson, una de las figuras más prometedoras del diseño británico.
La esfera de 41mm de la colección Line está hecha de un acero texturizado que recuerda al hierro y tiene un borde biselado que le protege de golpes, mientras que el movimiento es de cuarzo. Todas las piezas se han diseñado específicamente para este reloj cuyo diseño ha tenido un desarrollo de dos años. Las primeras unidades se comenzaran a entregar a partir de diciembre de 2016, cuya adquisición es posible a través de la plataforma Kickstarter.