Entra en las libretas de bocetos de los diseñadores
AyD celebra por todo lo alto el día de la creatividad mostrándote los dibujos de algunos de los grandes creadores contemporáneos del diseño. Abrimos los cuadernos de Jaime Hayon, Doshi Levien o los hermanos Bouroullec para iluminarnos con sus coloridos e imaginativos bocetos.
Angels Manzano
Periodista especializada en decoración y diseño interior
Las ideas más originales siempre se han realizado por primera vez en forma de boceto o croquis a mano alzada. La generalización de los programas de diseño digitales ha hecho que en muchos casos se relegue a un segundo plano el contacto con la base del diseño, el dibujo. Pero si repasamos los procesos de creación de reputados diseñadores y arquitectos, como los que mostramos aquí, queda claro que, en el preciso momento de germinar sus ideas y conceptos, prefieren dejar de lado el ordenador y utilizar sus habilidades manuales. Y es que el dibujo, por su inmediatez, es capaz de seguir al cerebro en la generación de formas, colores y volúmenes, produciendo un diálogo directo y rápido entre la mente y la mano, de manera coordinada, intuitiva y espontánea, especialmente cuando es necesario explorar e investigar nuevas respuestas de diseño.
Los dibujos sirven a los profesionales del diseño para representar conceptos complejos y resumir una vasta serie de trazos de información en un solo esquema de una forma fácil de ver y entender, sin ruido y distracciones conceptuales que desvían el proceso de creación. Permiten además una visión panorámica de las cosas, sin ahogarse en el detalle. Gesto, impronta, huella..., son palabras que reflejan el momento preciso de la gestación de las ideas que luego se transformarán en diseño. Herramienta natural del proceso, que acompaña al creador desde el principio y que sigue siendo útil a lo largo de toda su carrera, permite transmitir de forma rápida y clara una idea o concepto. Un viaje en avión, un café en una ciudad extraña, situaciones con las que los diseñadores están tan familiarizados, son propicias para sacar el cuaderno y el lápiz y dar forma a un sentimiento o una impresión, de la mejor forma que saben. El dibujo sirve como manual de conocimiento, como medio de comunicación, como soporte para proyectar, como manera de hacer realidad ideas e incluso sueños. La intención de un diseñador o arquitecto al dibujar no es hacer una obra de arte, pero puede ocurrir que la poesía que contienen sus trazos y la emoción que produce en la mirada del otro conviertan ese gesto escueto en una pequeña joya.