El mejor restaurante del mundo vende su mobiliario
Noma, de Rene Redzepi, saca a subasta las mesas, sillas y vajilla de su aclamado comedor
Juego de cuchillos y platos de gres de Aage y Kasper Würtz
Noma ha representado el cielo para los amantes de la gastronomía. Ubicado en un antiguo almacén de grasa de ballena en Copenhague, estuvo considerado el mejor restaurante en el mundo –en dura pugna con El Celler de Can Roca– en 2010, 2011, 2012 y 2014, y se mantuvo como destino culinario de referencia hasta que cerró en 2016. En una nueva despedida, este 2 de noviembre la casa de subastas Wright está vendiendo los muebles, la vajilla y toda su decoración. ¿El precio? De coleccionista: las mesas más pequeñas tienen un valor estimado entre 2.000 y 3.000 dólares, mientras que la familiar del comedor principal tiene una horquilla entre 10.000 y 15.000 dólares.
Sillas de Niels O. Møller
Muchas de las piezas las firma Space Copenhagen, estudio responsable de todo el interiorismo desde 2003 hasta la audaz reconfiguración en 2012. Las sillas de Niels O. Møller en el comedor principal se ahumaron y lavaron con arena una a una, consiguiendo que aparentaran la materialidad del carbón (entre 4.000 y 6.000 dólares). Las 10 sillas de madera para el comedor privado del restaurante, de Hans J. Wegner, pueden alcanzar los 12.000 dólares.
Todo está a la venta, incluidas mesas y elementos de decoración como las jarritas
El dúo Aage y Kasper Würtz, padre e hijo, modelaron a mano los platos y cuencos de cerámica. El gres, espolvoreado de profundos azules, negros y beiges, dibuja patrones aleatorios y emana individualidad. Noma comenzó a usar los platos del estudio en 2006, llegando a crear estilo con su áspera apariencia orgánica.
Diseño danés como acompañamiento de la nueva cocina nórdica
Estos objetos sintetizan a la perfección el aclamado diseño danés: líneas simples, colores apagados y materiales exquisitos. Fueron el acompañamiento perfecto a la nueva cocina nórdica de Redzepi, en cuya carta se podían degustar originales exquisiteces como los huevos de codorniz ahumados, las vieiras deshidratadas con tinta de calamar o las huevas de bacalao en un sándwich con trozos finos de piel de pato en lugar de pan.
La vajilla de gres marcó tendencia