La lavandería del futuro ya está aquí
Frederic Perers crea, con la tienda insignia de Wosh, un puente que conecta el entorno virtual de una app con la experiencia real de llevar la ropa a la lavandería.
Podríamos poner sobre papel lo que entendemos por disfrutar de la vida y la lista resultante sería tan larga como personas hay en el mundo. Unas cañas con tus amistades, un paseo por el parque en buena compañía, una exposición de arte o un partido de fútbol, cualquiera actividad podría ajustarse a esa búsqueda del placer y la alegría de vivir, cualquiera excepto lavar y plancha la ropa. No hay nada menos apetecible que ocuparse de la colada. Afortunadamente, la revolución iniciada por las empresas de reparto a domicilio, vinculadas a una aplicación de telefonía móvil, ha llegado al rescate.
Wosh es una
app que ofrece un servicio de lavandería y tintorería, con entrega y recogida gratuita a domicilio, y su tienda insignia en Barcelona se presenta bajo la firma del interiorista
Frederic Perers. Situado en el Eixample barcelonés, el establecimiento ha sido concebido para desarollar la actividad y recibir al cliente presencial. En el centro del local se sitúa la zona de trabajo, ideada como un laboratorio abierto y monocolor. Paredes, techo y mobiliario han sido realizados en aluminio, configurando una suerte de caja metálica que parece flotar entre la pared de ladrilllo negro y el suelo de gris oscuro.
El uso extensivo del aluminio refuerza la esencia del proyecto: llevar la vieja idea que todos tenemos de lavandería a un entorno eficiente, en perfecta sintonía con los resortes tecnológicos propios de la era 2.0. Con ese mismo espíritu, recordando la luz centelleante de nuestros dispositivos móbiles, la zona de entrada recibe al cliente con el azul emitido por un panel retroiluminado. Un tono azulado que es parte esencial del grafismo que el estudio
Bildi ha realizado para Wosh. En sintonía con el interior de Frederic Perers, el diseño del logotipo haría las delicias del mismo Dieter Rams. Y es que todo en este espacio responde al ideario del influyente diseñador alemán: llegar al buen diseño con el menor diseño posible. Un ideario que brilla en la soberbia simplicidad del aparato lumínico establecido por Perers: la luminaria suspendida sobre al mostrador funciona como un ligero subrayado a la narrativa del proyecto. Y el toque más humano nos espera precisamente allí donde se pasean las manos en el acto de entregar y recoger la ropa: en los casilleros de los encargos y en la estantería del almacén-office: tratados en madera de color claro, confieren el contrapunto cálido a la tienda.
Si algún día el director británico Stephen Frears consideráse filmar un remake de su clásica comedia ambientada en el Londres de los 80, aquí podría encontrar su perfecta localización. Sí, esta podría ser "Mi hermosa lavandería".