Poética de neón, mármol y caramelo. Lámparas que se elevan como tótems modernos y sólidas mesas en colores pastel. Minimalismo con luces, cámara y acción. Una búsqueda de la magia en la materialidad y los procesos de fabricación. Estas son las señas del trabajo creativo de la diseñadora Sabine Marcelis.
Cuando el mundo paró y nos vimos forzados a distancias de seguridad y a la virtualidad surgieron nuevas preguntas para ser resueltas desde la creatividad en todos sus ámbitos. ¿Qué pasa con nuestra piel, con su necesidad de ejercer el sentido del tacto, (si no podemos acercarnos)? Y también, ¿puedo aprovechar los forzosos metros y quilómetros que nos separan para, virtualmente, llevar mi obra aún más lejos?
En este marco, y como embajadora de la DDW, Dutch Design Week, Marcelis quería utilizar su voz para inspirar a las generaciones jóvenes de diseñadores a crear experiencias de interacción íntimas, desde las propias disciplinas del diseño y el arte, en una sociedad cada vez más digitalizada. No va a salvar el mundo con su trabajo, pero quiere ejercer un impacto emocional positivo a través de lo técnico y estético, quiere regalar belleza poética al mundo.
Sabine Marcelis es una joven diseñadora de origen neozelandés afincada en Rotterdam. Sus trabajos se caracterizan por su fuerte visión estética así como por su tendencia a colaborar con especialistas técnicos de varios campos. Esto le permite intervenir en los procesos de manufacturación, investigando y experimentando con los materiales para conseguir nuevos y sorprendentes resultados.
"Tactile", la instalación que diseñó para la DDW, exploraba cómo se puede transformar lo táctil, de forma digital, y traducir la presencia física en la experiencia remota. Para el desarrollo del proyecto colaboró con 5G HUB y con Dimenco Displays, juntos desarrollaron una instalación digital, tridimensional e interactiva. Prepararon unas pantallas con cámaras y sensores detectores del movimiento de la mano que hacen que puedas coger un objeto y rotarlo delante de tus narices sin necesidad de que esté físicamente ahí. Estas tecnologías futuristas no tardarán en estar en nuestras casas, este mismo año se lanzan los primeros portátiles con dichas capacidades.
En as grandes crisis de la humanidad, las guerras y ahora esta pandemia, las cabezas pensantes del mundo han tenido que crear soluciones a nuevos problemas que luego se han quedado entre nosotros haciéndonos dar saltos de gigante y sumergiéndonos en el progreso. Las exploraciones de Sabine Marcelis nos tienden un hilo para que nos asomemos a estos futuros.
Uno de sus principales objetivos como embajadora de la DDW es el de ceder conocimiento a los nuevos diseñadores, estudiantes y recién graduados, trabajar juntos y elevarse los unos a los otros, convencida de que cuanto más das, más recibes.