Una instalación artística que reflexiona sobre el futuro de la agricultura

Coreografía de luces para un baile de puerros. O, para decirlo con mayor precisión: una sinfonía lumínica que insufla energía a un campo de puerros. El proyecto Grow del artista holandés Daan Rosegaarde surge de una idea visionaria basada en el poder tecnológico y artístico de la luz para propiciar un crecimiento sostenible de la agricultura a través de la investigación y la experimentación.

Por qué "artístico", le han preguntado a Rosegaarde: porque la belleza es un compromiso con la lucidez, ha contestado. Su instalación Grow actúa sobre una extensión de veinte mil metros cuadros de tierra cultivada, a partir de la tecnología de la iluminación fotobiológica. Si bien las luces roja y azul pueden mejorar el crecimiento de las plantas al fortalecer su metabolismo, la ultravioleta aumenta la resistencia a las plagas y, por lo tanto, reduce notablemente el uso de pesticidas.

Después de varios meses de pruebas en distintos lugares, el estreno mundial del proyecto Grow tuvo lugar en un campo de puerros cultivados orgánicamente en Flevoland, una provincia holandesa que fue recuperada del mar en los años cincuenta y sesenta. Múltiples fuentes de luz Led se mueven hacia arriba y hacia abajo sobre el campo. Un espectáculo hipnótico y puntillista de rojos y azules fluyen, yendo y viniendo, como ondas luminiscentes que acarician tiernamente el campo.

¿Es el pintor Seurat quien ha inspirado este puntillismo de colores sobre las plantas? ¿Es Van Gogh quien ha tocado el interruptor de su genial luz entre holandesa y provenzal? ¿O, quizá, el artista Daan Rosegaarde ha recordado aquella deliciosa e injustamente olvidada película de Paul Newman titulada El efecto de los rayos gamma sobre las margaritas?